Mick Jagger pasó por todo tipo de experiencias, y tras una profusa historia de consumo de drogas, mujeres, rebeldía y excentricidades, a los 64 años sigue pisando fuerte.
Los Stones irrumpieron en la música en los '60 y pronto se convirtieron en sinónimo de lo que las madres de sus fans temían. No eran cuatro chicos encantadores de Liverpool como los Beatles, sino tipos peligrosos de Londres que transgredían las reglas, seducían mujeres y tenían un talento increíble.
En el transcurso del asombroso viaje de la banda, Jagger siguió sorprendiendo al público con su imbatible presencia en el escenario y su conducta transgresora fuera del mismo. Tuvo más aventuras con bellezas famosas que cualquier otro hombre del plane ta: dos matrimonios que terminaron en divorcio, el primero con la aristócrata Bianca Pérez Morena de Macías y el segundo con la modelo Jerry Hall, además de numerosos romances con otras mujeres glamorosas, entre ellas Marianne Faithfull, Carla Bruni, Luciana Morad y Janice Dickinson. Tuvo siete hijos con cuatro mujeres.
Ahora podrá ser un abuelo del rock, pero Jagger todavía deslumbra a mujeres menores que él. En la actualidad se habla de su inminente compromiso con la ex modelo L'Wren Scott, que tiene cuarenta años, veinticuatro menos que él, y es veinte centímetros más alta.
Los roces con la ley también jalonan su legado pero finalmente los Stones se reconciliaron con el establishment y Jagger pasó a ser Sir Jagger en 2003. A pesar de que sus transgresiones ocupaban la primera plana de revistas, Sir Mick mantuvo una notable reserva a lo largo de su carrera. Rara vez concede entrevistas y habla de su vida privada en contadas ocasiones. En 2006, sin embargo, bajó la guardia y dio acceso a Martin Scorsese a dos presentaciones de los Stones en Nueva York. El resultado es la película Shine A Light, que se proyectó en el Festival de Berlín (n. de la r: en la Argentina se estrena el 17 de abril). Es una crónica de dos recitales en el Beacon Theatre que contiene entrevistas, imágenes de la preparación del concierto y material de archivo que nunca antes se había visto. La suma de sus edades podrá ser de 254 años, pero la película demuestra que Jagger, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood siguen siendo una banda que rockea con enorme fuerza.
Jagger habla aquí de cómo el escenario es tan adictivo como el sexo, de por qué no tiene planes de retirarse, de sus mitos favoritos de los Rolling Stones y de su infinita energía.
¿Qué es lo que define a los Rolling Stones?
Creo que lo que define a los Stones es que somos muy ingleses. Es un rock and roll muy inglés.
¿Cuál le parece el mejor mito sobre los Rolling Stones?
Hay tantos mitos sobre los Rolling Stones... Lo peligroso es empezar a creérselos. Es el camino a la locura. En mi opinión, el mejor mito es ese de que Keith se cambia la sangre todos los años. Siempre me encantó, porque tiene un aire muy vampírico.
Usted y Keith Richards son amigos desde hace mucho tiempo, pero en la película los dos parecen casi incómodos cuando se abrazan.
Sí, es un momento muy inglés, ¿verdad? No somos buenos para expresar sentimientos.
Volviendo a los mitos, ¿es cierto que Tina Turner le enseñó a bailar?
No bailo como Tina, porque ella es una mujer y yo soy un hombre. Tal vez sea lo más cerca que un hombre puede estar de Tina, y tal vez ella me haya enseñado algunos movimientos.
Ser un Stone debe ser increíble por momentos. ¿Cómo conserva la cordura?
Me refiero a los Rolling Stones en tercera persona. Eso me mantiene un poco más cuerdo.
¿Qué lo lleva a seguir en el escenario y a continuar con las giras?
El escenario es como el sexo. Es una adicción. Por eso seguimos tocando. Pero hay que tener cuidado. Para hacerlo bien, no se lo puede hacer constantemente. Hay que buscar el momento adecuado. Es como cuando uno es joven y piensa que debería tener sexo todo el tiempo. Si uno está leyendo un libro, lo único que piensa es: "¿Por qué estoy leyendo un libro? ¿Por qué no estoy teniendo sexo? Estoy perdiendo el tiempo si no estoy teniendo sexo." Es un sentimiento asombroso, pero para hacerlo bien hay que prepararse.
¿Cuál es el secreto de su energía?
Es algo que proporciona el escenario. Practico un poco durante unos meses antes de salir de gira, pero nada más. Supongo que mi estado físico se debe a que soy un hijo de la guerra. Esa dieta era la mejor. Ausencia de grasas y dulces. Eso hace que uno se mantenga en forma.
¿Algún otro dato para mantenerse joven?
Si a alguien le resulta agotadora la semana de 48 horas, debería mudarse a Francia y trabajar menos, trabajar unas treinta horas semanales y salir más o ir a bailar con las hijas.
¿Alguna vez pensó en retirarse debido a comentarios sobre su edad?
Nunca leo lo que la gente escribe. Lo único que le importa a la banda es el público. Si salimos de gira y nadie compra las entradas, eso es elocuente. La gente nunca dejó de venir a vernos.
¿Le parece que alguna otra banda se mantendrá como lo hicieron los Rolling Stones?
Nadie hizo lo que nosotros hicimos. Tal vez U2 siga. Es posible que Coldplay. No sé cuánto tiempo más vamos a seguir. No va a ser para siempre. Todo llega a su fin; es una verdad universal.
Uno de los recitales más espectaculares de los Stones fue el show gratis que dieron en la playa de Copacabana en Río de Janeiro. ¿Cómo fue?
Fue increíble, pero las horas anteriores fueron muy extrañas. El hotel tenía vista a la playa, y recuerdo que el día del recital los medios decían que en la playa ya había miles de fans. Pero cuando miraba por la ventana no se veía a nadie. A las seis de la tarde, dos horas antes del recital, seguía sin haber nadie. Yo estaba empezando a preocuparme. Por lo general, sucede que antes de un recital los fans están presentes con mucha anticipación. Bueno, no tenía por qué haberme preocupado. Porque los brasileños son muy relajados y llegaron a la playa a último momento. Esa noche tocamos ante más de un millón de fans. Fue mágico.
Rechazó un anticipo de dos millones de libras por una autobiografía. ¿Qué piensa de las estrellas que abren su corazón?
Odio esas confesiones. Nunca leo autobiografías, si bien acabo de leer un libro de cartas de Noel Coward que me resultó muy interesante. Odio eso de mirar atrás. Es aburrido. Siempre prefiero mirar adelante. Somos lo que se ve. Estamos aquí y hacemos cosas. No importa por qué.
En los años 60 y 70 los Stones tuvieron muchos problemas con la ley. ¿Alguna vez sintió que se convertía a la banda en chivo expiatorio de problemas más importantes?
La policía solía plantar cosas. Lo debe seguir haciendo. No era muy bueno, ya que afectaba nuestra vida creativa. No podíamos hacer muchas cosas.
¿Cómo afectó a la banda?
Había que dedicar todo el tiempo a tratar con la policía y no nos quedaba tiempo para otra cosa. Lo mismo le pasa ahora a Amy Winehouse. No pudo ir a los Estados Unidos para los Grammy. Es el tipo de problema que teníamos nosotros.
¿Qué piensa ahora del consumo de drogas?
Pienso que se sobreestima el consumo de drogas como ayuda creativa.
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Un disco doble
La banda de sonido sale como álbum doble el 10 de abril e incluye los siguientes temas: Jumping Jack Flash, Shattered, She Was Hot, All Down The Line, Loving Cup, As Tears Go By, Some Girls, Just My Imagination, Faraway Eyes, Champagne & Reefer, Tumbling Dice, Band Introductions, You Got The Silver, Connection, Only, Sympathy For The Devil, Live With Me, Start Me Up, Brown Sugar, (I Can't Get No) Satisfaction, Paint It Black, Little T&A, I'm Free y Shine A Light.
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La luz eterna
Mariano del Mazo
Jagger da pocas notas y cuando las da es por motivos promocionales. Lo normal. En este caso, la excusa es la película Shine a Light. Resulta atrapante leer las declaraciones de un gentelman con pasado transgresor. Jagger, parece, nos mira de arriba como diciendo: "Soy un Stone, soy multimillonario, sigo cantando que no puedo tener satisfacción, y qué". La única verdad, finalmente, no es la realidad. Es el show en vivo. Ahí está la película. Lo que ocurre ahí con los Stones es un prodigio de la naturaleza. Un rock sin tiempo ni edad. Poderoso, primal. Ahí no hay secretos. Es todo misterio.
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EL FILM DE SCORSESE
"Shine a Light": historia, en tiempo presente
Shine a Light no es un documental sobre los Rolling Stones, es una revisación médica a Mick Jagger. La impresionante lista de 18 camarógrafos que contrató Martin Scorsese para filmar a la banda en el Beacon Theater de Nueva York (entre los que se cuentan directores de fotografía premiados como Robert Richardson, John Toll, Robert Elswit, Emmanuel Lubezki y Andrew Lesnie) captan a Jagger con precisión clínica y una cercanía inusual.
Tras una introducción en la que se ve a Scorsese tratando de que Jagger le pase la lista de canciones, el director enfoca a su ejército de camarógrafos en planos cerrados y medios de la banda. En realidad, de Jagger, quien se come la película -literalmente- en primeros planos que permiten observar el temblor de su labio superior al cantar, sus venas, su transpiración, sus arrugas y hasta sus arreglos dentales.
Los Stones han sido filmados hasta el hartazgo. Y los trabajos más originales los han hecho siempre cineastas de renombre, como Albert y David Maysles en Gimme Shelter, Robert Frank en Cocksucker Blues y Jean-Luc Godard, en One Plus One. En Shine a Light, Scorsese no sorprende pero demuestra ser el ojo nervioso que los Stones necesitan para este momento de su carrera. El director es un par (tiene su misma edad) que demuestra ser tan vital, energético y ansioso como Jagger.
Si Mick roba cámara con sus pasos de baile y su ensayado descaro, Keith Richards es quien le guiña el ojo al público, cómplice. Charlie Watts y Ron Wood apenas aparecen y de los tres invitados (Jack White, Buddy Guy y Cristina Aguilera) se destaca el blusero Guy, captado por la cámara en una mirada fija antológica.
Imágenes de archivo se cuelan entre clásicos (pasan Jumpin' Jack Flash, Start Me Up y Brown Sugar, entre otras) y no tanto (bellas versiones de Faraway Eyes y You Got the Silver) para completar un concierto que actualiza a los Stones, mostrándolos como lo que son: historia, pero en tiempo presente.