LA MAÑANA
Después de innumerables cambios y contramarchas el festival termino organizándose en un autódromo en bancarrota, enclavado en pleno desierto californiano. Durante todo el día cinco de diciembre las radios dedicadas al rock, "unders" o "College", se pasaron difundiendo el cambio de lugar: la cosa no sería en Sears Point sino en el Altamont Race Speedway.
Los técnicos y los voluntarios tuvieron que trabajar toda la noche en la construcción del escenario y la instalación de sonido y luces. Mientras, la gente iba cayendo como plaga, instalando sus precarias tiendas y encendiendo fogatas en la fría noche.
Los aficionados a la astrología comenzaron a inquietarse. Esa noche la luna estaba en escorpio, presagio de caos y violencia.
Para la mañana del día seis los "hermanos y hermanas" sumaban cerca de doscietos mil, de los cuales una gran parte estaba viajando en acido, no precisamente en primera clase. Los dealers montaban sus toldos (literalmente!) al mejor estilo vendedor ambulante, ofreciendo con ingeniosos pregones las cualidades y variedades de su anticonvencional mercadería. Con el correr del día estos "pintorescos" comerciantes fueron adulterando de tal manera su mercancía que los malos trips hicieron a hacer estragos entre los asistentes.
Cerca del mediodía comenzaba a hacerse realidad la predicción del manager Bill Graham, el célebre dueño de los Fillmores, quien había dicho semanas antes: "No pueden organizar una cosa así de esa manera de un día para otro, tienen que parar con este capricho o el festi val les va a explotar en la cara! El viaje de ida se había terminado y los diecinueve médicos que había en los precarios puestos sanitarios resultaron más que escasos para la salud de trescientos mil Flowers Children. La espera comenzo ha hacerse larga, las vibraciones se tornaban un tanto extrañas. Y yendo lo peor que podía pasar: todo se estaba poniendo demasiado aburrido.
Para cuando hicieron su entrada triunfal los HELL'S ANGEL, dos columnas motorizadas encabezadas por los "ángeles" de Oakland, mucho se dieron cuenta de que el aburrimiento podía no ser peor de la velada.
LA TARDE
La violencia entró en dos ruedas; ni bien llegaron ya hubo que lametar un infortunado accidente cuando un ángel muy pasado montó su Harley Davidson de 850 cc sobre la bolsa de dormir de dos estudiantes. Fieles a una de sus más antiguas costumbres, los Angeles del Infierno no llevaban armas de fuego, lo cual no quiere decir que no andaban armados. Su arsenal de componía de cadenas, cuchillos, manoplas y uno de sus "juguetes" más queridos: tacos de billar rellenos de plomo. Los Stones, quienes solo conocían la versión inglesa de los ángeles (una mera caricatura del original y que unos meses antes habían cuidado el escenario del recital de Hyde Park), no sabían con quienes se estaban metiendo. Providencialmente tuvieron la visión de llevar guardaespaldas particulares, quienes terminaron cuidándolos mas de los Hells Angels que de la gente.
Como era previsible, la zona delante del escenario iba a ser el foco de
mayor tensión. Siguiendo los pasos de una invisible conspiración, lo que se pudo hacer mal se hizo, y todo fue montado de la peor manera posible, o visto desde otra perspectiva, de la mejor manera para que haya problemas. No solo no había foso ni vallas de contención, sino que el
escenario de madera simplemente tenía un poco más de un metro de
altura, con lo cual hasta un inválido podría haberse subido a él sin esfuerzo.
Obviamente hacia allí se dirigió el grueso de los ángeles con sus motos, cachondamente orgullosos de su importancia; cada instante más borrachos y drogados, se instalaron frente al escenario y comenzaron a impartir golpes a diestra y siniestra y de tanto en tanto. Mientras todo esto, ocurría el equipo dirigido por los hermanos Maysles seguía filmando todo lo que podía para la futura película (lo que los ángeles no imaginaban era que parte de lo filmado sería luego utilizado en su contra en un juzgado).
Ya instalada la tarde comenzó la música de la mano de la nueva sensacion de la zona, (y una de las revelaciones del reciente festival de Woodstock), SANTANA, quienes por un momento hicieron pensar que la tarde se animaba y que todo podría finalmente encarrilarse en una fiesta, pero la presión de los de atrás hizo que los que estaban adelante se lanzaran sobre las motos de los ángeles, quienes por supuesto sepultaron a los "agresores" con patadas y tacazos.
Para cuando los JEFFERSON AIRPLANE subieron al escenario ya era muy claro quiénes eran los que mandaban en el festival: ya nadie, ni organizadores, espectadores o musicos podían detener a los Hells Angels. El colmo llegó cuando uno de ellos noqueara a Marty Balin y tomara el micrófono del caído para justificarse e insultar. Se había quebrado así una de las más importantes leyes no escritas del ro ck: se había perdido el control del "territorio", del escenario, de un recital, algo "roqueramente" bochornoso. A partir de ese momento -definitivamente instalados sobre el escenario, los músicos tampoco serían un escollo para los ángeles. Quedaba la esperanza. Los convocantes de tanta locura, los "chicos malos", el rock satánico, los ROLLING STONES.
Los Stones llegaron a Altamont justo cuando promediaba la accidentada actuación de los JEFFERSON AIRPLANE. Siguiendo con los malos brios, lo primero que recibió Jagger al bajar del helicóptero fue la puñetada de un joven que intentó pegarle mientras le gritaba: "Te odio hijo de puta! Te mataría". Mick pronto comprendió que la fiesta esperada estaba desarrollando muy extrañamente, y que lo que pretendía ser el "Woodstock de la costa oeste" se estaba convirtiendo en un psico circo romano.
LA NOCHE
La violencia iba en aumento y ya nada ni nadie parecía poder detenerla. Los FLYING BURRITO BROTHERS habían acortado su set. CROSBY STILLS NASH & YOUNG tuvieron que terminarlo abruptamente y los GRATEFUL DEAD directamente decidieron no tocar. Al caer la noche Altamont ya era un desmadre total.
Hasta los pocos que no estaban colocados parecían sufrir eso que se conoce como 'viaje gratis'; en una especie de extraño ritual sadomasoquista de masas, oleadas de personas se impulsaban sobre las motos para ser devueltas bañadas en sangre, para volver a lanzarse hacia delante, para volver a ser golpeadas, en un círculo vicioso que agresor y agredido parecían disfrutar por igual.
Finalmente, después de una larga espera que solo hizo empeorar los ánimos y enrarecer más el ambiente, al cerrarse completamente la noche, los STONES irrumpieron en el escenario al son de un apropiado rock and roll luciferino: "Jumpin' Jack Flash". Durante el "Carol" de Chuck Berry, una gorda completamente desnuda se acerca hacia el escenario y es rápidamente interceptada por seis ángeles. "No son demasiados para ti, mujer", se permite aún bromear Jagger, pero poco le dura la sorna al ver como apalean brutalmente a un barbudo que intenta subir al bajo escenario. Escenario que ya estaba repleto de ángeles; uno se acerca y se pone a hablarle al oído. Desorientado, sin saber que hacer, por primera vez en su vida sobre un escenario Jagger pierde el control de la situación.
Mientras tanto la violencia no cedía; constantemente oleadas de gente vomitadas desde las entrañas de la noche para ser brutalmente castigadas. Keith Richards tomó la iniciativa y se acercó al borde del escenario para gritarle a los ángeles que pararan con el asunto. Sonaron los acordes de "Sympathy For The Devil" y un especial rugido de león brotó de la masa oscura que se cernía delante del escenario y en el negro horizonte. "Siempre pasan cosas raras cuando canto la del diablo... " comenta Mick, pero el descontrol comenzó y no pudieron term¡nar el tema. Jagger trata de calmar a la gente, pedir paz, y finalmente recomienzan, para volver a parar. Las amenzas eran peores, lo gritos se alzan por sobre la musica...
A Jagger se le quiebra la voz: "Hermanos, Hermanas... ¿porqué estamos peleando?.. . San Francisco, por favor, no arruinemos esto... ", parecía extremadamente frágil y vulnerable. Desde un costado, sobre el escenario, a metro y medio de distancia, un ángel lo miraba desafiante.
Se meten con una rareza, "The Sun is Shining" de Jimmy Reed que nunca grabaran en estudio, y el show sigue su marcha un par de temas más hasta que durante "Under My Thumb" el publico vuelve a estallar con más fuerza y tienen que volver a parar de tocar.
Justamente durante este tema es cuando es asesinado (como se veria en el film "Gimme Shelter" en cámara lenta) Meredith Hunter, un joven afroamericano el cual estaba junto a una jovencita de pelo rubio (Patty Bredahoff, su novia). El joven estaba enfrente a un círculo de unos seis ángeles, y ya había sido atacado con un arma blanca. Parece sacar un arma de entre sus ropas e inmediatamente atacado por un ángel con un cuchillo, quien comieza a acuchillarlo y acuchillarlo hasta que lo derriba en el suelo, lleno de sangre. Muchas crónicas del hecho se confunden en la banda sonora del asesinato, atribuyendo a "Sympathy For The Devil", dicho honor.
Después de retomar el tema y terminarlo, en una versión realmente patética que debe haber sido el peor momento musicalmente hablando de la larga historia de la banda, el aroma a sangre fresca en el aire parece haber sido el acicate ideal para arremeter con un estreno, nada menos que "Brown Sugar".
¡Así es, el vicio hecho canción de rock tuvo su bautismo de sangre y fuego en la noche de Altamont!
Aquí se da otra de las rarezas y contrasentidos del festival, que había empezado como algo musicalmente pobre, con temas cortados y versiones deslucidas, comienza a transformarse en una performance brillante. Los musicos, sabedores ya a esa altura de la noche que si paraban de tocar todo podía acabar en una tragedia de proporciones épicas, deciden seguir tocando, más y mejor. Dejan de lado el "piloto automático" de los ultimos temas y de preocuparse por lo que pasaba en lo profundo de la noche para entregarse el alma y las tripas sobre el escenario tocando mejor que nunca. Solo eso podía evitar algo peor.
Tras el último acorde de "Street Fighting Man" los Stones huyen corriendo hacia un helicóptero que los esperaba en marcha y que, como en una copia de esas películas clase B sobre Vietnam, levanta el vuelo con dificultad ante la sobrecarga de aterrorizados pasajeros que querían marcharse cuanto antes de aquel infierno.
El helicóptero, con capacidad para ocho personas y con quince arriba apiñadas como pudieran, despegó bamboleante antes de que pudieran cerrar la portezuela.
Mientras los músicos y su séquito huían, los Hells Angels subieron en masa y se adueñaron completamente del escenario, la provisión de Jack Daniels que los Stones no recogieron con el apuro y lo que quedaba de su prometida provisión de 500 dólares en cerveza como paga.
Saltando y festejando a los gritos, para los ángeles la fiesta recién comenzaba.
Para todo el resto, el "festival" había terminado y con él toda una época.