Autor Tema: Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan  (Leído 572 veces)

0 Usuarios y 1 Visitante están viendo este tema.

Desconectado Marcelo Quatraro

  • Administrator
  • *****
  • Mensajes: 5,137
  • Karma: +12/-13
    • Ver Perfil
    • http://www.rollingmania.com
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« on: Abril 27, 2009, 02:36:00 pm »
MUSICA > BOB DYLAN LO HACE DE NUEVO

Soplando en el tiempo
Desde su retorno a los estudios a fines de los ’90, tras una década errática (los ’80) y una casi ausente (los ’90), Bob Dylan no para de entregar álbumes que por sí solos alcanzarían para coronar la resurrección artística más notable del siglo XX. Tras Time Out of Mind (1997), Love & Theft (2001) y Modern Times (2006), ahora sale Together Through Life, un disco en el que prolonga ese sonido único que parece haber encontrado y ahonda en esa máxima que practica tomando y reescribiendo lo mejor de la tradición en la que se formó: el futuro está en el pasado.

Por Sean Wilentz

Escuchando el tercer tema del nuevo álbum de Bob Dylan, Together Through Life, me di cuenta de repente. La melodía de la canción, “My Wife’s Home Town” (“El pueblo de mi esposa”) es básicamente una repetición nota a nota del clásico de Muddy Waters “I Just Want to Make Love to You”, escrita por el grande del blues de Chicago Willie Dixon, grabado originalmente por Waters en 1954, y más tarde por, entre otros, Etta James y los (jóvenes) Rolling Stones. El tempo es un poco más lento; y el acordeón de David Hidalgo fluye intermitente sobre las líneas interpretadas en el original por el pianista Otis Spann y el virtuoso de la armónica Little Walter; pero la melodía es la misma, y el arreglo se le acerca poderosamente.

La voz de Dylan, con la edad, se ha vuelto más suave (si ésa es la palabra) en una dicción blusera cercana a otro grande del blues, Howlin’ Wolf. Me pregunté si Dylan le estaba rindiendo homenaje a Waters o a Dixon o a James o a Mick Jagger, o acaso a todos ellos. Pero lo que me impresionó fue otra cosa; cómo la voz de Dylan se ha vuelto más suave (si ésa es la palabra) en una dicción blusera cercana a otro grande del blues, Howlin’ Wolf. Y así, sobre una vieja canción que Dylan ha reescrito como un número malvado acerca del arquetipo de una mujer malvada, extraños fantasmas de las sesiones de Chess Records que se remontan a más de medio siglo atrás, de pronto reencarnan en la piel de Dylan, Hidalgo, y del resto de la banda que Dylan ha reunido para Together Through Life. Un álbum de canciones sobre mujeres y amor (con la mayoría de las letras y melodías co-acreditadas a Robert Hunter, compositor de Grateful Dead que ya había colaborado antes con Dylan), que es también sobre la música con la que ha viajado a lo largo de su vida.

El nuevo disco es parte de la obra reciente de Dylan, de Love and Theft (2001) a esta parte. Los sonidos, las melodías, las letras country y de canción pop (“el boulevard de sueños rotos” se convierte en “el boulevard de autos rotos”) y retazos de poesía clásica (Ovidio hace una breve aparición acá, como lo hizo en su último álbum de canciones originales, Modern Times) son permutadas y recombinadas en algo nuevo que también suena viejo. Y como en otros trabajos de Dylan de los últimos tiempos (incluida Masked & Anonymous, su película profundamente subvalorada), la más simple de las canciones puede contener capas de alusiones, pero hasta ahí nomás. En su éxito de 1973, Jolene, Dolly Parton ruega con una belleza sobrecogedora, con bucles dorados y ojos verde esmeralda, que no le roben a su hombre. En la versión de Dylan –un rock garabateado con el mismo título y una buena guitarra– los ojos de Jolene son marrones y Dylan canta como si él fuera el rey y ella su reina, armado de un 38 especial y agarrando sus dados. Una canción suficientemente simple y directa –pero acechando en las letras y en la música también hay rastros del 32-20 Blues de Robert Johnson, así como del álbum de Victoria Spivey grabado en 1962, Three Kings and the Queen (en el cual un Dylan de veinte años de edad, para nada un rey, tocaba la armónica acompañando a Big Joe Williams).

Aun cuando las canciones hablan de pérdida y de añoranzas, el álbum tiene una atmósfera cálida, por momentos soleada, que proviene mayormente de los acordes Tex-Mex del acordeón de Hidalgo (conocidas por las grabaciones de su banda regular, Los Lobos), por momentos a dúo con la trompeta mariachi de Donnie Herron, un estable de la banda de giras de Dylan. Y acá hay un importante retorno a la música del propio Dylan así como a la de otros. Dylan ha usado sonidos Tex-Mex en sus propios trabajos por lo menos desde 1965, cuando agregó a último minuto, brillantes bordeos de guitarra (reminiscentes de la balada “El Paso”, de Grady Martin y Marty Robbins) a la versión de estudio de “Desolation Road”, a cargo de Charlie McCoy, ladero visitante de Nashville. Al tiempo que rompía con las formas más convencionales de la música folk de los ’60, Dylan confesó su admiración por la obra de su amigo, el genio de San Antonio Doug Sahm, y la banda de rock Tex-Mex de Sahm con su nombre de invasión británica, The Sir Douglas Quintet.

Tal como lo revelaron los primeros informes de prensa, el disco surgió del encargo de una canción para un futuro film de Olivier Dahan. No hay nada extraño en eso tampoco: en sus shows en vivo, Dylan muestra orgulloso el Oscar que ganó por “Things Have Changed” (que lo convierte, junto con Aaron Copland, en uno de los pocos artistas que han recibido un premio Pulitzer y una estatuilla de la Academia). Esa canción inicial para una película, “If You Ever Go to Houston”, nos transporta por unos minutos a 1870, a través de la voz de un veterano de la guerra mexicana, que da instrucciones al público sobre cómo caminar en esa ciudad (el álbum tiene algo con mantener las manos en los bolsillos), con algunos lugares que hay que conocer en las ciudades de Texas (como el Hotel Magnolia en Dallas), pero fundamentalmente con un frondoso paisaje sonoro del bajo de Tony Garnier, que suena como Mike Campbell en una guitarra acústica con cuerdas de tripa, e Hidalgo, interpretando una melodía repetitiva de pares de notas descendentes.

El sonido de buena parte de Together Through Life encaja bien en el fondo del Viejo Oeste, el cual (junto con la Guerra Civil y la tierra del blues, de Mississippi a Chicago, entre 1938 y 1955) ha disparado tantas veces la imaginación de Dylan; matrices del mito norteamericano. Hidalgo es también el último de una serie de grandes tecladistas con los que Dylan ha tocado y grabado a lo largo de las décadas, incluyendo a Paul Griffin, Al Kooper y Augie Meyers, por no mencionar su propia ejecución de piano y órgano, tan a menudo pasada por alto. Los fans y críticos de Dylan le han dado demasiada importancia a lo que él alguna vez llamó “ese salvaje sonido mercurial” que capturó en Blonde on Blonde. Dylan creó ese sonido de un vórtice de guitarras, armónica y, por encima de todo, el órgano de Kooper. Together Through Life no se parece a Blonde on Blonde, pero aquel brillo metálico del que hablaba Dylan reaparece, por momentos brillando suavemente, en otros destellando como un ritmo saltarín.


ABCDylan

Si hay abundancia de algo en este mundo, ese algo son los libros sobre, por y acerca de Bob Dylan. Y varios de ellos son enciclopedias y pecan de la soberbia de intentar –en unos pocos cientos de páginas– destilar vida y obra de misterio de un artista imposible de atrapar y clasificar. Como no queremos ser menos y aspiramos a más –coincidiendo con la salida del magnífico y saltarín y fronterizo Together Through Life, número 33 en su discografía de estudio–, aquí lo intentamos en unas pocas líneas. Mientras suena esa especie de canción zombi-mex que es “Beyond Here Lies Nothin’” y abre la puerta para lo que –junto a Love and Theft y Modern Times– ya es considerada una trilogía a la altura de aquella que conformaron Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde. Bienvenido, Bob.
Por Rodrigo Fresán

ALL ALONG THE WATCHTOWER
Dylan medio recuerda: “Probablemente se me ocurrió durante una tormenta de esas con truenos y relámpagos”. “All Along the Watcher” es también la canción que más veces ha interpretado Dylan en vivo (1,413 veces entre 1988 y 2006) por lo general como bis en tándem con “Like a Rolling Stone”.

BLOOD ON THE TRACKS
Ni Baez ni “Blowin’ in the Wind”, lo siento. Esta letra B pertenece al mejor álbum divorcista de la historia y, para muchos, el mejor de Dylan. Grabado –dos veces– en 1975 mientras se separaba de la madre de sus hijos y a quien ama y odia en grandes canciones como “Tangled Up in Blue”, “You’re a Big Girl Now”, “Idiot Wind” y “Shelter from the Storm”. Con B de blues, sí.

CRISTO
Dylan lo descubre a finales de los ’70 y pone en escena una de sus transformaciones más radicales e inesperadas: la de furibundo y apocalíptico born again christian. Para celebrarlo, graba dos álbumes donde se encuentran varias de sus interpretaciones vocales más apasionadas –Slow Train Coming y Saved– que harían mucho más divertidas y entregadas a las misas si Benedicto XVI permitiera su interpretación. Difícil que así sea y, en cualquier caso, enseguida Dylan ya comenzaba a creer –o a no creer– en otras cosas.

DON’T LOOK BACK
Cinema verité on the road –filmado en el ’65, estrenado en el ’67– jamás superado cortesía de D. A. Pennebaker. Y contiene el nunca del todo superado y tantas veces homenajeado/plagiado-videoclip filmado donde Dylan va dejando caer carteles con palabras sueltas del proto-rap “Subterranean Homesick Blues”.

EVERY GRAIN OF SAND
Versos sublimes se corresponden con una melodía perfecta de vals cristiano. En el contexto de sus canciones devotas, aquí, en Shot of Love (1981), Dylan se permite por una vez confesar sus dudas llegando a lamentar la ausencia de un Dios cuyas pisadas ya no oye.

FREEWHEELIN’ BOB DYLAN, THE
1963 y una foto icónica en la portada. Bob Dylan junto a su novia Suze Rotolo por la calle Cornelia del West Village neoyorquino y un puñado de clásicos instantáneos –“Blowin’ in the Wind”, “A Hard Rain’s A-Gonna Fall”, “Don’t Think Twice, It’s Allright”, “Girl of the North Country”, “Masters of War”– hicieron de The Freewheelin’ Bob Dylan uno de los más grandes segundos discos de la historia.

GUTHRIE, WOODY (& Co.)
El primer Dylan no es otra cosa que un Guthrie Revisitado al detalle con profundo amor, admiración y, al mismo tiempo, la voracidad insaciable de un discípulo más que dispuesto a superar a su maestro en su propio territorio. Dylan fue a visitar a Guthrie, enfermo pero bien dispuesto, el 29 de enero de 1961, apenas cinco días después de su llegada a Nueva York. Allí, a pie de cama, Dylan le cantó unas cuantas canciones a su héroe. La leyenda dice que Guthrie vaticinó: “Es un chico con talento. Llegará lejos”. A su regreso de la visita, deprimido por lo mal que se encontraba su ídolo, Dylan escribió “Song to Woody” en el bar del Mills Hotel. Guthrie, también, es el apellido y factor que pone en juego uno de los deportes favoritos de Dylan: el tráfico de influencias, los guiños a sus mayores, los cordiales y cómplices “robos” y alusiones en sus últimos álbumes (delitos denunciados por muchos con furia bíblica) sin darse cuenta de que Dylan –al igual que los artistas que él siempre admiró– siempre fue un vampiro sónico y lírico al que, claro, tanto le han saqueado a lo largo de ya casi medio siglo.

HAWKS, THE
Banda que acompaña a Dylan durante su tempestuosa gira eléctrica en el ’66 y con la que registraría –luego de un nunca del todo aclarado accidente en motocicleta– las domésticas The Basement Tapes a lo largo del verano del ’67. Después, enseguida, se convierten en leyenda por cuenta propia: The Band. Dylan se uniría a ellos en 1974 para grabar Planet Waves y volver a salir a dar vueltas por ahí luego de un largo período de campesina vida en familia casi retirado de los escenarios.

I’M NOT THERE
Primero, canción perdida y recuperada de The Basement Tapes. Después, hace poco, brillante y atípica biopic de Dylan filmada y firmada por Todd Haynes en el 2007. Y jugada brillante de Mr. Bob: luego de disfrutar del éxito de No Direction Home –documental de Martín Scorsese–- sabe que tarde o temprano va a caerle encima una de esas biografías de celuloide incómodas e irritantes. Así que Dylan alienta este proyecto donde aparecer como un hombre (y mujer) de varios rostros –Christian Bale, Cate Blanchett, Marcus Carl Franklin, Richard Gere, Heath Ledger y Ben Whisham– y cuyo noble y transparente modelo es 8 1/2 de Fellini. Y todos felices. Y bienvenidos a la aproximación más borrosamente precisa o precisamente borrosa del mito: una película que no se conforma con mostrarnos cómo miramos a Dylan sino que, además, también nos cuenta cómo Dylan nos mira a nosotros.

¡JUDAS!
Es lo que le gritaron a Dylan en un concierto en Manchester. Se lo acusaba de haber electrificado su sonido folk y haber enturbiado con visiones su perfil de protesta. Ver este “¡Judas!” en No Direction Home de Martin Scorsese y oírlo en The Bootleg Series, Volume 4: Live 1966/The Royal Albert Hall). Después Dylan ordena un “Play fucking loud!” y ese sonido mercurial y “How Does It Feel?”.

KOOPER, AL
Guitarrista que se cuela en una sesión y toca por primera vez teclados para conseguir la línea de órgano más reconocible y pegadiza desde Bach. “Sube el órgano”, ordenó Dylan, “Pero si no es un organista”, dijo el productor Tom Wilson, “Hey, no me digas a mí quién es un organista y quién no”, dijo Dylan. Lo que nos lleva a...

LIKE A ROLLING STONE
La más perfecta y salvaje y al mismo tiempo civilizada canción-de-odio escrita por Bob Dylan (y a la vez el himno definitivo sobre la pérdida de la inocencia y el modo en que la experiencia te curte hasta fosilizarte). Dylan la definió en 1965 como “vomitífica en su estructura. Tan sólo vino a mí. Todo empezó con ese riff de ‘La Bamba’”. Y sigue con el resto del magistral Highway 61 Revisited, claro.

McTELL, BLIND WILLIE
Leyenda del blues e inspiración para “Blind Willie McTell”, una de las cimas de Dylan. Algunos incluso llegan a postularla como la número uno y “la canción más importante y atemorizante desde el ‘Heartbreak Hotel’ de Elvis”. Lo que no impidió que Dylan la dejase –para consternación de su productor Mark Knopfler– fuera de Infidels (1983).

NETTIE MOORE
Lo mejor de todo Modern Times (2006), perfecta representante del Dylan de estos días, y seguramente, una de las mejores canciones en todo su catálogo. Pocas veces Dylan ha cantado con más emoción y emocionado tanto, desgranando estrofas secas que, al alcanzar el estribillo, se alzan como una ola de puro e incontenible sentimiento.

OH MERCY
Bob Dylan cierra su década terribilis –los ’80– con un formidable retorno a su mejor forma de la mano del productor de moda Daniel Lanois, recomendado por Bono. La relación no fue fácil pero Oh Mercy se convertía en el más intenso, personal, logrado y mejor escrito álbum de Dylan desde Blood on the Tracks. Escuchar varios de sus descartes en Tell Tale Signs.

PRESLEY, ELVIS
“Elvis estuvo allí cuando no había nadie. El era Elvis y todos saben lo que Elvis hizo. Me lo hizo a mí y se lo hizo a todos”, le dijo Dylan a Ron Rosenbaum de la revista Playboy. Sentimientos encontrados, admiración confesa y, al mismo tiempo, terror ante el final del Rey han sido temas recurrentes en obra y declaraciones de Dylan quien, según testigo, sufrió una gran depresión al enterarse sobre la sórdida y temprana muerte de uno de sus más grandes ídolos. “Toda mi vida pasó frente a mis ojos. Volví a revivir mi infancia. No hablé con nadie por una semana”, dijo tiempo después. “Cuando oí por primera vez la voz de Elvis supe que yo no iba a trabajar para nadie y que nadie sería mi jefe. Oírlo por primera vez fue como escaparme de la cárcel.” Antes de eso, Dylan le dedicó “I Went to See the Gipsy” en New Morning (1970).

QUINN THE ESKIMO (THE MIGTHY QUINN)
Una de las canciones estrella grabadas por Dylan junto a sus amigos en los sótanos de Nashville. No incluida en The Basement Tapes y recién legalizada para la megaantología Biograph en 1985 aunque antes se había escuchado una desprolija versión live en el perverso y autodinamitante Selfportrait (1970) registrada en el Isle of Witht Festival por los días en que Dylan sólo quería no ser Dylan (y, de paso, irritar a sus fieles). En cualquier caso, una absurda y juguetona canción sobre un esquimal y supuestamente inspirada por una película con Anthony Quinn es –misteriosamente o no– uno de los temas más versionados de Dylan.

RODAR (EL VERBO)
5 de octubre de 1987, concierto en Locarno, Suiza. Una noche tan terrible como iluminadora en la que –como cuenta en Crónicas Volumen I– primero “todo se vino abajo” y después “todo volvió a su sitio y en forma multidimensional” y de pronto “poseía una facultad nueva que parecía superar todos los requisitos humanos... Inmediatamente despegué a las alturas... Mediante la combinación de ciertos elementos técnicos que se activan unos a otros podía modificar los niveles de percepción, estructuras temporales y sistemas rítmicos, para insuflar vida a mis canciones, levantarlas de la tumba... Si quería un objetivo diferente, ya lo tenía. Era como si me hubiera convertido en otro músico, desconocido en toda la extensión de la palabra. En más de treinta años de actuaciones, nunca había visto aquel lugar, nunca lo había visitado. Si yo no hubiera existido, alguien tendría que haberme inventado”. Desde entonces, Dylan no ha parado de rodar, reinventando sus viejas canciones y consiguiendo “un público adecuado... un público nuevo” para “un nuevo género, un estilo que todavía no existía” y en el que “mis letras, algunas escritas veinte años atrás, eclosionarían ahora musicalmente como una nube de hielo. Nadie tocaba así”. Había nacido el célebre Never Ending Tour.

SEDGWICK, EDIE
Una de las grandes musas de Andy Warhol, Edie Sedgwick (1943-1971) fue, durante 1965, una suerte de botín de guerra entre las facciones encontradas de Dylan & Co. y Warhol Inc. Patti Smith escribió: “Todos / Sabían que ella era la verdadera heroína de / Blonde on Blonde”. Se supone que “Just Like a Woman” le canta a ella.

TIME OUT OF MIND
El 25 de mayo de 1997, al día siguiente de su cumpleaños número 56, Bob Dylan fue ingresado de urgencia en un hospital de Los Angeles con fuertes dolores de pecho y dificultades para respirar. Se salvó por poco, dicen. Cuatro meses después se editaba Time Out of Mind: un puñado de canciones sombrías (escritas y grabadas antes de su enfermedad, otra vez producidas por Daniel Lanois) que parecían referirse al fin del amor y al final de todo lo demás con mirada y voz premonitorias. De haber muerto Dylan, el álbum sería hoy considerado su testamento existencial y creativo. Habiendo vivido para cantar el cuento, las críticas fueron extáticas, las ventas más que respetables (fue su primer disco de oro desde Infidels en 1983), ganó tres premios Grammy e incluye esa joya casi funeraria que es “Not Dark Yet”. Tell Tale Signs completa este rompecabezas (a destacar el espirituoso spiritual que es “Marchin’ to the City”) y, sí, Time Out of Mind es el estreno del Dylan milenarista –que se afilará con el sonido áspero y autoproducido bajo el alias de Jack Frost de Love and Theft y Modern Times– y que, probablemente, va a ser el último Dylan. Pero con Dylan nunca se sabe.

UNDER THE RED SKY
Durante muchos años, Bob Dylan comentó sus ganas de componer un álbum especialmente para niños. Lo que nadie imaginó es que lo hiciera –sin anunciarlo, además– luego del maduro y reflexivo Oh Mercy. En resumen: la aparición del incomprendido Under the Red Sky desconcertó a seguidores e irritó a los críticos que, en su mayoría, no supieron ver y oír y comprender de qué iba la cosa. Y es que los críticos no saben abrir la puerta para ir a jugar. Under the Red Sky –nada es casual– comenzó a grabarse el día de Reyes de 1990. Y está dedicado a “Gaby Goo Goo”: una hija suya con la vocalista Carolyn Dennis de la que entonces –con cuatro años de edad– nada se sabía ni se supo hasta el 2001, al salir una biografía de Dylan firmada por Howard Sounes.

VISIONS OF JOHANNA
Anfitriona del, se dice, mejor verso en todo Dylan: “The ghost of electricity howls in the bones of her face”. En 1999, en un club de Manhattan, Dylan la cantó como “Visions of Madonna” porque Madonna estaba entre el público. Una indiscutida obra maestra. Una catedral de canción. El equivalente a “A Day in the Life” en Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Nadie ha escrito y cantado y sonado mejor –ni volverá a sonar y cantar y escribir mejor– acerca de lo que significa padecer y disfrutar el insomnio del amor.

WILBURY
The Traveling Wilburys y su música –los discos de 1988 y 1990 recientemente reeditados y, misteriosamente o no tanto, resultando best-sellers– actuó como un poderoso a la vez que relajante revulsivo. Ahí y entonces, Dylan se sintió cómodo entra amigos siendo “otro” –Lucky Wilbury y Boo Wilbury alternativamente– componiendo bajo un nuevo alias a sus letras más graciosas y sus melodías más elegantes en muchos años.

XM SATELLITE RADIO
Emisora que transmite el genial y gracioso programa en el que, desde el 2006, Dylan escoge y ordena temáticamente y presenta sus canciones favoritas con voz y prosa de disc-jockey de novela negra.

YOUNG Y YOUNGER
La idea de la juventud –a diferencia de lo que ocurre en la obra de otros grandes rockers– no es algo fundamental e indispensable. Ya en “My Back Pages” (1964) cantaba “Ah, pero yo era mucho más viejo entonces / Soy tanto más joven ahora”. Y dos versiones de “Forever Young” en Planet Waves (1974): una en calma con cierto aire de mariachi triste y otra saltarina y muy L. A.: “La escribí en Tucson. La escribí pensando en uno de mis hijos y no quería sonar demasiado sentimental (Dylan se refiere aquí a Jacob Dylan, líder de The Wallflowers). Los versos vinieron a mí, la terminé en unos minutos. No sé. A veces te obsequian cosas así. No sabes exactamente qué es lo que quieres pero esto es lo que aparece. Así fue que surgió esta canción. No era mi intención escribirla... No, nunca sabes qué vas a escribir. Ni siquiera sabes si vas a grabar otro disco”.

ZIMMERMAN
En coincidencia con el lanzamiento de su libro Crónicas Volumen I, Dylan concedió su primera entrevista televisiva en casi veinte años al programa Sixty Minutes. Allí, apareció parco y revelador al mismo tiempo y comentó que se cambió su nombre “porque vivimos en la tierra de la libertad y uno puede llamarse como se le antoje... yo nunca sentí que mi verdadero nombre fuera Zimmerman”. Cuando el periodista le comentó si no se le hacía raro que la percepción que el público tenía de él fuera exactamente la opuesta a la que él tenía de sí mismo, Dylan se limitó a inclinar la cabeza a un costado y comentar: “Ain’t it something?”.

Desconectado honky jack dice

  • Newbie
  • *
  • Mensajes: 7,142
  • Karma: +7/-0
  • Sexo: Masculino
    • Ver Perfil
    • Email
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« Respuesta #1 on: Abril 27, 2009, 03:19:54 pm »
este mundo de ruinas seria insoportable sin robert zimmerman,es el unico que tiene la altura poetica y musical de los trovadores negros,robert johnson,muddy waters,john lee hooker,lighting hopkins
grande dylan resurgio despues de su ataque cardiaco,quizas ese shock,le devolvio esa parte de el,que habia perdido  8)
ahi arriba hay una guitarra,y se muere por que la toque KEITH RICHARDS toronto 99

pasaron 8 años,los extrañamos mucho,estan igual!!!!!!! MICK JAGGER buenos aires 06

Desconectado Maczee

  • Newbie
  • *
  • Mensajes: 2,285
  • Karma: +1/-1
  • Sexo: Masculino
    • Ver Perfil
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« Respuesta #2 on: Mayo 08, 2009, 10:04:07 am »
Excelente el nuevo trabajo de Dylan. Los que tenemos el placer de tener la edicion Deluxe, el segundo cd es un programa de radio que el tiene en USA, conducido por el mismo.
El contenido es el siguiente:


Bob hace comentario de las canciones. Muy interesante y agradable.
Y si, tiene un tema de los Stones! Al que el se refiere como Keef, Charlie, Mick, Woody and "the bass player"  :D

  • Visitante
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« Respuesta #3 on: Mayo 09, 2009, 03:36:48 pm »
Y si, tiene un tema de los Stones! Al que el se refiere como Keef, Charlie, Mick, Woody and "the bass player...............

Disculpas por mi falta de conocimiento. Cuál es el tema????? De Dylan sobre los Stones???? Saludos, Seba.

  • Visitante
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« Respuesta #4 on: Mayo 09, 2009, 03:45:50 pm »
Disculpas. Está arriba el tema. Ya lo leí bien jaaaaa. Saludos, Seba.

Desconectado rogerriffin

  • Newbie
  • *
  • Mensajes: 8,328
  • Karma: +57/-29
  • On the way down to Mexico...
    • MSN Messenger - rogerriffin@rocksoff.org
    • Ver Perfil
    • http://www.rocksoff.org/phpBB/images/avatars/114687131047325ed9ad589.jpg
    • Email
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« Respuesta #5 on: Mayo 20, 2009, 09:53:15 am »
Excelente!!!

Discazo! Estos sonidos texmex muy buenos, y el disco 2 ni se diga, que buena seleccion de temas, incluso me motivo a bajar las temporadas de su programa de radio!
Rock`n`Roll, Let`s Go!!!
Keith, Mèxico 1995.
Disculpen por la tardemia!
Mick, Monterrey 2006.

"Pon a los Stones para aterrizar mejor!" M-Clan

Desconectado Maczee

  • Newbie
  • *
  • Mensajes: 2,285
  • Karma: +1/-1
  • Sexo: Masculino
    • Ver Perfil
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« Respuesta #6 on: Mayo 20, 2009, 10:42:59 am »
El programa que esta en el cd, fue emitido el 23 de Agosto de 2006.
El programa de radio fueron 3 temporadas, las cuales se pueden bajar y estan MUY buenas! ;)

El que las quiera, mandeme un PM.

Desconectado ChrisStone

  • Newbie
  • *
  • Mensajes: 4,435
  • Karma: +1/-0
    • MSN Messenger - susmajestades@hotmail.com
    • Ver Perfil
    • Email
Articulo nuevo trabajo de DYLAN y ABCDylan
« Respuesta #7 on: Junio 02, 2009, 07:48:27 pm »
No me aguanté! y me compré el deluxe!

excelente!!!!