Noticia editada el 26/04/04 por el Diario Clarín (Argentina)
EL PIANISTA IAN STEWART MURIO EN 1985
Stu, el Stone desconocido
Fue un fundador de los Rolling Stones. Lo despidieron porque "desentonaba". Un libro le rinde homenaje.
Richard Williams. THE GUARDIAN Y CLARIN.
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Durante casi un cuarto de siglo, hasta que murió prematuramente en 1985, Ian Stewart defendió el espíritu de los Rolling Stones. En las primeras épocas él manejaba la camioneta, cargaba el equipo, chequeaba que todo funcionara bien, les avisaba cuándo era el momento de salir a escena y les decía cuándo una presentación había estado por debajo de sus expectativas.
Era un integrante de la banda, interpretaba vigorosos blues y aporreaba un piano mientras el grupo tocaba temas de Chuck Berry y Bo Diddley ante apenas unas decenas de personas. Incluso después de que fuera retirado de la banda, siguió desempeñando un papel de hermano mayor.
Ahora que los Stones salen de gira por el mundo cada dos años y recaudan centenares de millones de dólares en el proceso, Keith Richards y Mick Jagger no dudan de la perdurable influencia de Stewart. "Sigue estando con nosotros en el escenario todas las noches", dice Richards. "Nos divertimos mucho —agrega Jagger— sabiendo que hacemos cosas que a él no le gustaban y también otras que le gustaban."
Acaba de salir Stu, un libro de edición limitada con fotos inéditas del grupo, muchas tomadas por el propio Stewart, además de páginas de su diario y listas de elementos del escenario de los primeros tiempos. Está impreso en papel de lujo y forrado en piel de cabra nigeriana. Cada ejemplar cuesta 570 libras, más de una por página.
Stewart, que era el menos pretencioso de los hombres y que disfrutaba del golf, la cerveza, la carne, los autos y los trenes de vapor además de la música, lo habría considerado excesivo.
A los 23 años, Stewart persuadió a Charlie Watts y a Bill Wyman de renunciar a compromisos mejor pagos para sumarse al grupo. Era, dice Richards, "la banda de Stu". Mucho antes de que Andrew Loog Oldham se convirtiera en representante del grupo, Stewart era consciente de que el magnetismo sexual de Jagger, Richards y Brian Jones tenía que equilibrarse con músicos más experimentados.
Una vez que Jagger y Richards empezaron a componer material nuevo alentados por Oldham, Stewart se negó a tocar temas que tuvieran lo que él llamaba "acordes chinos", con lo que se refería a todo lo que no tuviera una base reconocible de rhythm and blues del viejo estilo.
Poco después de que Oldham se hiciera cargo del grupo, se acordó que Stu tendría que irse. Decía que desentonaba, y el resto del grupo coincidía, aunque con remordimientos. Al lado de las principales figuras del grupo, delgadas y andróginas, el pianista era un personaje corpulento con el pelo peinado hacia atrás en un inconfundible estilo años 50. Parecía un empleado de oficina.
Afortunadamente, tomó la noticia de su expulsión sin alterarse. Aceptó seguir con ellos para cargar el equipo en la vieja camioneta VW rosa. No se sumó al formidable consumo de drogas del grupo, pero nunca adoptó una actitud de censura.
Los propios Stones adoraban su negativa a hacer concesiones en lo relativo a sus propios valores y opiniones, así como su incapacidad para soportar a los tontos. Mientras ellos volaban en alas de la moda y la experimentación, él representaba un bastión de integridad.
Traducción de Cecilia Beltramo
