FUENTE: Diario VascoAl encuentro promocional de ayer fueron citados unos treinta enviados de prensa escrita y de televisión de Alemania, Italia, Francia y España (alguna cadena televisiva y tres medios escritos, incluido DV). A media tarde, el coordinador stone de prensa Cheryl Ceretti, recibió a los invitados con café y pastelitos y una sesión «wined and dined», o sea una comida de bienvenida. Después hubo un visionado del DVD que recopila diversos momentos de la actual gira, con particular hincapié en los celebrados en Austin, Texas; Río de Janeiro y Buenos Aires. La filmación muestra el tipo de espectáculo que se podrá ver en Europa dentro de unas semanas: la gira A Bigger Bang, nombre de su último disco, que fue recibido como una de las mejores obras que el grupo ha grabado desde los comienzos de los años ochenta.
Una inmensa estructura, sobre la que se asoman los espectadores que hayan pagado unos 300 euros, preside unos conciertos igual de intensos que siempre, pero más ambiciosos, con hasta trece actuantes en escena: los cuatro Stones, un bajista, teclista, tres coristas y una sección de cuatro vientos. Apabullante. El show incluye una parte, no acústica, en una plataforma elevable a la que los músicos acceden por un pasillo en el centro del recinto. Mick Jagger interpreta desde allí temas como Honky Tonk Woman, ayudado por un micrófono inalámbrico «sin manos».
El momento preliminar al cara a cara periodístico fue la asistencia a un ensayo de los Rolling en el estudio anexo donde perfilan los detalles estilísticos y sonoros para sus canciones, en esta ocasión sin máquinas fotográficas ni grabadoras de audio. El «informal set up» constó de unos tres títulos «oficiales» (Rough Justice, Tumbling Dice y Can You Hear Me Knocking), más una versión del fenecido James Brown (I Got Crazy), cuando los responsables rogaban ya la retirada a los asistentes.
El local de ensayo es un amplio y muy alto espacio, puramente de trabajo, sin floritura alguna, con alguna pared de puro ladrillo. Con una bandera británica en uno de los rincones y vestidos informalmente, con pintas reales de estar trabajando, los cuatro Rolling y sus nueve colaboradores interpretaron su mini set con bastante energía, dando una nueva idea de su serio comportamiento profesional tantas veces puesto en entredicho por algunas de sus conductas individuales y por los accidentes varios que les han hecho suspender conciertos.
Como acertadamente explicaba la promoción del acto, ese mini ensayo privado fue «a truly unique experience», un intenso momento para quien guste del influyente rock estoniano o simplemente de las influyentes personalidades de cada uno de los componentes del grupo.
Acabada el breve e informal concierto, los cuatro Stones, divididos en dos parejas (Mick Jagger y Ronnie Wood, Keith Richards y Charlie Watts) se prestaron a un encuentro verbal por pareja de 10 minutos con la prensa escrita, más intervenciones para televisiones y radios. Las cuatro estrellas rockeras parecieron cercanos, abiertos y con menos prisa que los puntillosos responsables del acto.
Firmaron autógrafos ante el gesto recriminatorio de su jefe de prensa y respondieron con naturalidad a la pregunta del millón: ¿piensan jubilarse algún día? Mick Jagger explicó que no tiene sentido dejarlo porque es lo mejor que saben a hacer, sin mojarse sobre si habrá o no futuras giras.
Keith Richards fue más sarcástico afirmando: «¿morir en escena?, ese sí sería un buen hándicap para dejarlo».Grande, Keef! No puede con su genio... :lol: :lol: :lol:
