Marianne Faithfull, cantante y actriz, lamenta ahora que su físico haya impedido a la gente de antaño conocerla como ser humano
El Universal
Domingo 25 de marzo de 2007
Marianne es una mujer que gusta de pasarla bien. A pesar de sus edad, actualmente tiene muchos amigos entre las jóvenes estrellas británicas del modelaje, como Kate Moss y Naomi Campbell. "Debo tener alguna especie de retraso mental", dice, "pero disfruto mucho al convivir con los chicos. Me siento como si fuera de su edad. Voy con las niñas a que nos hagan manicura, me cuentan todos los chismes y nos reímos cantidad".
La cantante y actriz confiesa que tiene amigos hermosos porque siempre se ha sentido subyugada por la belleza. Ella misma, cuando joven, era considerada una de las más bellas de su generación. Ahora piensa, sin embargo, que su aspecto físico impidió a muchas personas ver al ser humano que había en ella.
Hija de un militar convertido en profesor de literatura en el Bedford College de Londres, y una aristócrata austriaca emparentada con la familia Habsburgo y con sangre judía, Marianne vivió en medio de dos estilos completamente diferentes. La baronesa Eva von Sacher-Masoch, su madre, además de ser descendiente del escritor cuya novela, Venus in fur, acuñó el término "masoquismo" (y a quien Marianne considera aburrido y dice que hubiera preferido tener como pariente "al divino Marqués" de Sade), fue una actriz y bailarina que trabajó nada menos que con Bertolt Brecht y Kurt Weil.
Sus padres se conocieron durante la Segunda Guerra Mundial y se casaron a los pocos meses. Para cuando Marianne tenía seis años, se divorciaron en medio de un terrible pleito. El padre se fue a vivir a una comuna en Oxsfordshire (cuando tenía 86 años, lo corrieron por ser un "viejo inútil", junto con la madrastra de Marianne, quien estaba enferma; la cantante todavía odia a los comuneros por ello).
La niña fue a vivir con su madre a Reading, donde Eva trabajó durante muchos años como conductora de camión y, después, como maestra de niños con enfermedades mentales. Murió joven, dejando sola a Marianne que todavía extraña el gran amor que le profesó su madre.
Faithfull se casó, siendo aún adolescente, con John Dunbar, un joven que resultó ser adicto a la heroína e introdujo a Marianne en su consumo. Con Dunbar procreó a su único hijo, Nicholas. A pesar de que se confiesa muy poco maternal, el joven se ha convertido en uno de sus mayores orgullos, lo mismo que sus dos nietos.
En 1972, cuando la diva atravesaba por una crisis y su adicción a la heroína había llegado a un punto límite, Dunbar le quitó la custodia de Nicholas. "Es algo que mi hijo nunca ha comprendido", dice, "¿por qué lo alejaron de su madre acusándola de ser drogadicta y lo entregaron a un drogadicto? Eso nos hirió mucho a ambos".
Tras ese golpe, Marianne lo perdió todo y vivió en las calles, consumiendo drogas y subsistiendo de la caridad, aunque afirma que nunca tuvo que pedir limosna, pues la gente se acercaba a dejarle algo de dinero o comida. "Sólo en una ocasión una persona me reconoció. Se dirigió a mí por mi nombre, me preguntó que si necesitaba algo y qué podía hacer por mí. Yo le grité majaderías y le dije que no necesitaba nada de él, que se fuera muy lejos".
Era el año de 1979. Por entonces, en una reunión en la que ni siquiera recuerda quién la invitó o por qué estaba allí, se le acercó un productor musical estadounidense que la reconoció y le pidió que fuera con él a su país a grabar un disco. Una vez en Estados Unidos, le suplicó que entrara en una clínica de rehabilitación. Marianne lo hizo y el tratamiento funcionó: por años no bebió una copa de alcohol, nunca volvió a probar la heroína ni a relacionarse con personas que lo hacen. Aún hoy en día, cuando sabe que alguien consume, se aleja.
Mick y Keith
En una entrevista concedida a la revista Time en 1999, Marianne dijo que sería la última vez que hablaría sobre su relación con Mick Jagger. Admitió que fue el amor de su vida y, sin embargo, reconoció que por lo menos en aquella época, Keith Richards era mucho más sexy que aquél. "Me parece que Mick aprendió mucho de su amigo y compañero de banda, porque él era mucho más arrebatado, menos sensible. Richards era erótico por naturaleza".
Mick tenía 22 años cuando fue novio de Marianne, de apenas 20. Ambos consumían drogas, pero tal vez era la joven quien estaba más enganchada en la adicción. Ciereta vez, al abordar un avión, arrestaron a Mick por posesión de estupefacientes que en realidad pertenecían a Marianne, pero él no dijo nada y fue a la cárcel para salvarla. "Los pocos días que estuvo allí lo cambiaron de forma muy profunda. No sé qué habrá pasado, o qué habrá visto, pero cuando fui a visitarlo por primera vez lo vi ´quebrarse´ y llorar. Después de esa vez, nunca volvió a mostrar sus sentimientos".
La crisis que llevó a Marianne a las calles fue detonada por su rompimiento con Mick. Pasaron años antes de que su vida amorosa se estabilizara, pero en el ínter, la cantante se relacionó tanto con hombres como con mujeres y siempre afirmó que en el sexo no había diferencia pues el amor florecía gracias a la esencia de la persona.
Desde hace unos 10 años tiene una pareja estable que, según cuenta, le ha pedido que se hagan fieles mutuamente. "No quiere que tenga relación amistosa ni con otras mujeres y he decidido respetarlo. Es algo nuevo en mi vida que me ha resultado bastante agradable".
Después del éxito de Irina Palm y su destacada participación en María Antonieta (en la que interpreta a la madre de la futura reina de Francia) seguramente seguirán proyectos de cine para la actriz que participó en la versión de Kurt Weil a la Opera de los tres centavos (Bertolt Brecht), pero lo que más le gusta es cantar. El año pasado, cuando le descubrieron cáncer de pecho, tuvo que posponer una gira con su banda, pero tras operarla y erradicar el mal, reprogramó sus actuaciones en distintas partes del mundo.
Disfruta la vida más que nunca, según admite. Sobre todo después del diagnóstico de cáncer de pecho y su tratamiento intensivo. Un año después, recuperada por completo de la enfermedad, emprende una gira europea con su banda de rock, se declara feliz y dice que, con los años y sus efectos sobre su otrora envidiable físico, la gente ya se acerca para conocerla mejor. "Por fin quieren descubrir al ser humano", dice, satisfecha.
