Ésta es con Mick Jones, el guitarrista de The Clash, el 20 de agosto de 2003. Richard Dudanski, batería de The 101'ers, y yo organizamos un concierto íntimo en homenaje a Joe en la noche que debería ser su 51 cumpleaños, el 21 de agosto. Joe adoraba ese paisaje de Granada, desde el Sacromonte, y con la Alhambra al fondo. Al principio, Richard y yo queríamos que el homenaje fuese en Víznar, en donde Federico García Lorca fue ejecutado (su cuerpo aún permanece por allí, en alguna tumba anónima). Era un paisaje que a Joe le impresionaba mucho, y en el que, una vez, en 1985, nos propusimos componer un par de canciones en recuerdo de Lorca y contra todas las guerras. Pero organizar un concierto en Víznar, a 9 kilómetros de Granada, era realmente complicado en agosto porque, precisamente, el 19 de agosto, es cuando se conmemora la fecha de ejecución de Lorca y ya hay otros conciertos.
De modo que Richard y yo optamos por el segundo paisaje preferido de Joe: las vistas de la Alhambra desde El Sacromonte. El único problema era el recinto. Sólo hay un sitio con cierta capacidad... y era para no más de 300 personas. Richard y yo no queríamos un macrofestival ni nada por el estilo, sino un concierto para amigos de Joe, para fans, para gente que realmente lo hubiera querido como amigo y colega. Un sitio para celebrar el cumpleaños de Joe, ese cumpleaños que no había tenido ya oportunidad de cumplir. Decidimos hacer la fiesta a través de Internet para los amigos y fans ingleses, y a través de la prensa local para amigos y fans granadinos. Richard se encargó de llamar a Mick Jones, Bono, de U2, Elvis Costello, Jem Finner, Scratchy, Lucy (la viuda de Joe), Tymon Dogg, el violinista que primero conoció a Joe en 1974 y que luego tocaría "I've got to lose my skin" en "Sandinista" y sería el alma de canciones como "Johnny Appleseed" con los Mescaleros o "The Minstrel boy", la canción de los títulos de crédito de esa infausta película, para mí, llamada "Black Hawk Down", de Riddley Scott: algún día contaré por qué: Tengo amigos y amigas de Somalia que se sintieron ultrajados.
Resumiendo. Bono mandó un mensaje a Richard diciéndole que le encantaría estar, pero que le resultaba imposible. Que se sentía fascinado con Granada gracias a Joe y que tenía esta ciudad subrayada en su agenda de viajes. Incluso escribió en su mensaje: "¡Suerte! It's the word that Joe taught to me: Suerte". Elvis Costello tampoco podía venir.
Pero Mick Jones fue el primero en decir sí. "Count on me, I'll be there!". Igual que Tymon Dogg. Paul Simonon (bajista de The Clash) y Topper Headon (batería) fueron ilocalizables: nadie tenía sus números de teléfono y hacía años que estaban en otras cosas. El resto, Jem, de The Pogues, Scratchy, el DJ de The Clash en Sandinista, dijeron inmediatamente que sí. Igual que Lucy, que se trajo a un buen grupo de amigos de Joe desde Inglaterra.
El sitio era pequeño. El escenario, ínfimo. Pero se apuntaron como voluntarios para tocar un grupo italiano fan de The Clash, Ratoblanco, el ex lider de 091, José Ignacio Lapido, el ex cantante de 091, José Antonio García, la banda de mi hermano, Lagartija Nick, conmigo como guitarrista invitado y Tymon Dogg como violinista invitado, y luego la superbanda de la segunda parte formada por Mick Jones, Tymon Dogg, Richard Dudanski, Jem Finner, Tom Hardner y Julián Hernández, de Siniestro Total, al bajo.
Fue una noche memorable. Por lo íntimo, por todo lo que cada uno de nosotros tocamos. Versiones de The Clash de lo más variopinto. Cosas acústicas. Mick Jones, que estaba afinando su guitarra en el "camerino" (una cueva) salió para vernos cuando nos escuchó tocar una versión de "Straight to Hell", para Joe, la mejor canción de The Clash. Yo, desde el escenario, lo veía sonreír de oreja a oreja.
El delirio colectivo de toda la gente que estaba allí, la mayoría gente de Inglaterra que había recorrido todo el trayecto de Londres a Granada en autostop, que se había comprado los billetes a la primera hora de venta (el precio era de 6 euros= el concierto de estrellas de rock más barato del mundo), era increíble. Por menos de lo que cuesta un almuerzo puedes ver un concierto de rock, irte de cervezas con Mick Jones, tenerlo a tu lado, hacerte fotos...
Pero hicimos ese concierto, con esas premisas, porque ése era el sueño de Joe. A él le encantaba terminar un concierto, salir de los camerinos, irse a la barra y charlar con la gente, conocer gente, escuchar sus opiniones. La mayoría de las veces, y lo sé por experiencia, muchos fans son sólo fetichistas, quieren tomar algo de tí y salir disparados a venderlo. Pero el fan-amigo, el colega, es ése que te critica, o que quiere contarte su vida, porque su vida, en sí, ya es motivo de un verso en una canción, o toda una canción o incluso podría ser la historia para un libro. Joe Strummer me enseñó como nadie a pararse ante alguien que le dice algo, que tiene un tono especial, una mirada especial o una palabra especial. Más que técnica musical, Joe me enseñó la técnica personal de aprender de la gente. En eso, era el número 1. Podía estar inmensamente borracho, pero alguien llegaba y le decía "Joe, I have a song for you, and this song is about my life", y Strummer, en lugar de despreciarlo o desdeñarlo, le decía en castellano, "Venga, vamos a rincón, amigo, y usted me cuenta mientras yo escribiré la historia de usted en este pequeño notebook, amigo".
Este tío, que era una estrella de rock, al final de la noche, me llevaba en su coche a mi casa para que yo le explicara palabras en español, me contaba sus impresiones. Ya no era una estrella para mí. Era un amigo.
Me gustó mucho el día en que me hice amigo de Mick Jones, nos hicimos la foto con la Alhambra al fondo. Le conté la historia de esa foto. Luego, tras el concierto, Mick Jones me explicó cómo debía tocar "London Calling" y al final, tres días después, era Mick Jones quien nos tomaba fotos a Tymon Dogg, a Ángel, el bajista de mi grupo y a mí. Como si nosotros fuésemos las estrellas de rock.
Fucking long, innit?
Ahí va la foto con Mick:
http://pg.photos.yahoo.com/ph/exxonvaldez12000/detail?.dir=/b6c5&.dnm=6102.jpg