http://www.lanacion.com.ar/EdicionImpresa/espectaculos/nota.asp?nota_id=703121Romance con el público argentino
Novedades de Los Rolling Stones
NUEVA YORK.- Como estremecida por un temblor, Nueva York se sacudió ayer al ritmo de los Rolling Stones, que con un miniconcierto anunciaron su próximo álbum y su nueva gira, que incluiría Buenos Aires en febrero de 2006.
"Nuestros fans en la Argentina son fantásticos, brillantes, muy demostrativos, ruidosos, masculinos, amantes del fútbol, entusiastas. Nos encanta ir allí", dijo a LA NACION Mick Jagger, el legendario cantante de la banda británica formada en 1962, durante la conferencia posterior en la plaza del Lincoln Center, justo detrás de la Juilliard School, la escuela de música más prestigiosa de la Gran Manzana.
"Nos gusta mucho ir a la Argentina. Tenemos muchas ganas de ir de nuevo", apuntó Keith Richards, el guitarrista, que estaba acompañado sobre el escenario por el bajista Ron Wood y el baterista Charlie Watts.
Abajo, un millar de jóvenes -y no tan jóvenes- fanáticos, todos con la emblemática lengua de los Stones estampada en sus remeras, se agolpaban sobre la plaza, detrás de vallas de metal, para ver al grupo, que apareció con los acordes de "Start Me Up"; inmediatamente nadie pudo quedar inmune a la fuerza de su música.
A puro baile, al que se sumaron los estudiantes de Juilliard que, de toga y birrete, acababan de terminar su ceremonia de graduación, siguieron la flamante "Oh, No, Not You Again", que se incluirá en el nuevo disco aún sin nombre, y el clásico "Brown Sugar". A lo lejos, a un costado de la fuente que corona la plaza, un hombre cantaba a todo pulmón mientras agitaba una bandera argentina.
Electrizados por esta usina de energía que son los Rolling Stones, el público y los periodistas intentaban seguir los vibrantes movimientos de Jagger, que pese a sus 61 años y su esquelética figura hace gala de una vitalidad y juventud envidiables. Hasta en los techos de los edificios vecinos al Lincoln Center había personas con largavistas que se movían al ritmo de la música que de repente inundó el centro de Manhattan.
Luego, cuando un periodista preguntó de dónde sacaban la fuerza de sus movimientos, Richards respondió con una sonrisa cómplice: "La heredamos de mamá". El tour, que se llamará "Rolling Stones on stage", comenzará en Boston el próximo 21 de agosto, justo después del lanzamiento del álbum. "Tenemos un 80 por ciento ya grabado", señaló Jagger, que por estos días se internará con sus compañeros en el estudio para ultimar los detalles y luego partir a Toronto, donde se realizarán los ensayos.
"Nos divertimos mucho ensayando", contó el líder de la banda, que se sentía totalmente cómoda en el improvisado escenario, con un público que crecía minuto a minuto y una marea de periodistas de todo el mundo. "Hay muchas bandas malas allí afuera, pero éste será un año de buena música", prometió el líder del grupo. Al definir el nuevo álbum, Jagger destacó que se trata de una selección "muy vibrante, contemporáneo, punzante, clásico Rolling Stones", que no defraudará a los fans que desde 1997, con "Bridges to Babylon", no escuchan temas inéditos de los Stones. "Es un disco simple, con diferentes ideas en cuanto a las letras, muy amplio y sensible", añadió el músico.
Hasta enero, los Rolling Stones tocarán en distintas ciudades de Estados Unidos y Canadá y descenderán la segunda quincena de febrero a América latina, en una gira que incluirá México, Brasil, Colombia, Chile y, si todo sale bien,
la Argentina o Uruguay.
El gran obstáculo para que "sus majestades satánicas" vengan a nuestro país son los impuestos. Como contó a LA NACION el empresario Daniel Grinbank, encargado de todo el tour sudamericano, las cargas impositivas argentinas duplican las del resto de los países de América latina. "Tenemos un 21 por ciento del IVA, más el 12 por ciento de Sadaic y el 3 por ciento que cobra la ciudad de Buenos Aires", señaló Grinbank poco antes del recital. "De todas maneras, si se vuelve imposible, estamos pensando en hacer el show en Montevideo y que la gente cruce a Uruguay", agregó. Como ya sucedió con sus anteriores dos giras, en las últimas semanas corrieron rumores de que éste sería el último tour de los Rolling Stones. Sin embargo, ayer, ellos mismos negaron que ésa sea su intención. "Nunca hemos dicho nosotros que se tratará de nuestra última gira para vender más boletos. Nos tomamos cada tour como algo único y seguiremos mientras podamos", aclaró el también sexagenario Richards.
Su pasión por la música y seguir tocando en vivo quedó de nuevo demostrada cuando otro periodista le cuestionó acerca de si a estas alturas de su vida lo motivaba más la música o el dinero. "Te podés quedar con toda la plata, mi amigo. Yo definitivamente me quedo con la música", afirmó ante el aplauso de la multitud.
Por Alberto Armendáriz
Para LA NACION