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Siempre me llamó la atención el hecho de que la música puede cambiar el estado de ánimo y es apenas un rejunte de sonidos.Si tu jefe se aprovecha para boludearte porque puede dejarte sin trabajo, hay algo concreto para enojarse.Si se te muere la tortuga, tenés un motivo para entristecer.Si encontrás dinero por la calle, no hay dudas de que vale alegrarse.Ni hablar si tenés la suerte de ponerla algún día, cada tanto.Pero con la música no hay nada de nada. Son sólo soniditos. Y sin embargo puede hacernos sentir como el Diego del '86 o darnos una congoja de campeonato o despertar asquerosa repulsión. Algo tan intangible, inmaterial y completamente abstracto genera reacciones no sólo psíquicas sino hasta físicas. Es increible.El rocanrol a mí me hace sentir libertad.