Esto es muy parecido a cuando se te muere un familiar directo, muy muy cercano, muchos ya hemos pasado por eso.
Primero es el golpe, la incredulidad, después el dolor devastador al darnos cuenta que se ha ido y el vacío que deja, tras ello el tiempo va cerrando poco a poco la herida. Tras ello pasaremos al recuerdo con inmenso cariño y gratitud de saber que formó y forma parte de nuestra vida. Agradecimiento por haberlo conocido y que forme parte de nuestra vida.
Charlie no se irá del corazón de los stonianos, era quien lo hacía latir y está grabado a fuego. Gracias por marcar el ritmo de nuestra vida.