Miles Electric Band, en el Teatro Colón: un show que recuperó el espíritu de Miles Davis
Miles Electric Band, anoche en el teatro Colón Crédito: Fabián Marelli
2 de octubre de 2018 • 10:00
Como para que quede claro que si bien la Miles Electric Band está conformada por músicos que tocaron con Miles Davis en los 80 el repertorio se extendería a todo el período eléctrico del trompetista nacido en Illinois, el comienzo del concierto del noneto en el Teatro Colón (en una nueva entrega del ciclo LN Cultura) fue con "One Phone Call", un tema publicado en 1985 que contiene un autosampleo de "Right Off", un composición que data de 1971. Después de una introducción a cargo de Debasish Chaudhury en tablas, Vincent Wilburn Jr. (baterista y sobrino de Miles Davis) y Darryl Jones (que también ostenta en su curriculum ser bajista de los Rolling Stones desde 1993) marcaron el comienzo a pie firme, con un groove que aún hoy suena moderno, para que el trompetista Nicholas Payton hiciera su entrada triunfal. El jazz como medium para sintetizar al Miles más funk y al Miles más pop.
Pero si los solos de Payton en trompeta, Antoine Roney en saxo y Jean Paul Bourelly en guitarra sirvieron para calentar motores desde el minuto uno, fueron los matices del grupo los que aportarían al concepto general de la propuesta. Enseguida, "New Blues" hizo que la Electric Band suene menos eléctrica y más íntima, clima que se extendió a "Time After Time", con Valeria Gastaldi en voz. En uno de sus tantos gestos desafiantes a la ortodoxia, Miles Davis se despachó con su propia versión de ese tema de Cindy Lauper a mediados de los 80, para que más de 30 años después, la Electric Band junto a la integrante de Bandana propusieran un punto de encuentro entre ambas: el grupo sonando lo más clásico posible y ella acertando en su rendición pop, sin pretensiones de imitar a las grandes divas jazzeras.
Valeria Gastaldi fue una de las invitadas especiales del show Fuente: LA NACION Crédito: Fabián Marelli
A partir de allí, y con el sonido ajustado definitivamente, la Electric Band se mostró a sus anchas. En "Decoy", Munyungo Jackson demostró que hasta un triángulo puede determinar el clima de una interpretación si está puesto en el lugar indicado, y Robert Irving III desde el teclado llevó al grupo bien atrás en el tiempo para "Nefertiti", una composición de Wayne Shorter para el disco de Miles Davis del mismo nombre editado en 1967. Cuando llegó el turno de "Pharao's Dance", la alquimia de los músicos llegó a su punto máximo, como si la gema iniciática del jazz rock que abre el fundamental Bitches Brew requiriera un respeto y una entrega mayores, todo sonó más orgánico que nunca. Desde los contrapuntos entre Payotn y Roney al ensamble de percusiones, teclas y sampleos, todo contribuyó a recuperar la atmósfera de afrodelia y jungla digital que Miles Davis diseñó como collage sonoro hace ya casi 50 años.
Para el final "Jean Pierre", o lo más cerca que estuvo el trompetista de tener su hit ochentoso, volvió a poner al groove en primer plano para que el cierre fuera también a modo festivo. Una vez que Darryl Jones dio las coordenadas desde sus cuatro cuerdas, el resto de los músicos se sumaron con sus arreglos y sus solos para recuperar cierta intención de baile. "El jazz es una actitud", se lo escuchó decir a Miles Davis desde una secuencia disparada por DJ Hapa al comienzo del concierto. Más que un estilo o un género con reglas que lo repriman, Miles Davis hizo del jazz un lugar para disfrutar de sus libertades sin más límites que los propios. Anoche, la Miles Electric Band fue la enésima muestra de que cualquier músico que alguna vez haya tocado con él parece tener la responsabilidad de hacer, resonar esa frase como un eco que no se dejará de escuchar jamás.
Por: Sebastián Chaves