Lo más cerca que tuve a Jagger fue en 1995 a unos... 2 metros. Había gran barullo y bullanga generalizada y yo le grité su nombre en repetidas ocasiones, con la esperanza de que me viera y no. Pasaba de su camarita a la gente que estaba tras las vayas, en la esquina del hotel Hyatt.
No me pareció un tipo alto. Lo que sí me sorprendió fue el color de ojos. Nunca los había notado azules. Tan azules.
Comentario putiflor, pero bueno, acá juega el amor.
A Richards lo también lo vi de cerca ese mismo día y sí me pareció alto. Siempre lo ví más alto que Jagger y siempre pensé que iba a mantenerse inmune a todo, pero hace tiempo que se vino a pique y ahora le veo la cara extendida, las rodillas débiles y la guitarra desproporcionada.
"Venirse viejo es muy feo", me dijo una ex vecina cuando la visité en el geriátrico.