http://www.latercera.com/noticia/entretencion/2016/01/661-665476-9-the-rolling-stones-llega-con-dos-aviones-y-usara-pirotecnia-para-su-recital-en.shtmlComo siempre tratando de impresionar al tercer mundo, bendita prensa...
Cuenta regresiva para uno de los cara a cara más esperados en la cartelera local de los últimos años: el retorno de The Rolling Stones a Santiago, luego de casi dos décadas y con aterrizaje resuelto para el miércoles 3 de febrero en el Estadio Nacional.
En los últimos días, y a poco más de una semana para el espectáculo, los organizadores locales -la productora DG Medios- ya trabajan a toda marcha no sólo en el primer megaevento de 2016 en el país, sino que también en el debut del tour Olé que recorrerá Latinoamérica hasta mediados de marzo. Por tanto, la capital funcionará como una suerte de eje de partida, de prueba de fuego, para uno de los periplos más ambiciosos que han pasado por la región en las últimas temporadas.
En ese sentido, las exigencias técnicas enviadas por el staff del conjunto reafirman el estatus. Por ejemplo, todo su equipamiento técnico arribará en los próximos días en dos aviones, mientras que elementos como luces, audio y video vendrán en 24 camiones transportados en barcos desde Estados Unidos, lo que totaliza un peso aproximado de 535 toneladas.
Además, la agrupación llegará acompañada por un staff de 140 personas, entre personeros dedicados al montaje, la seguridad y a aspectos más ejecutivos.
Un contingente generoso: a modo de paralelo, otras bandas de alta envergadura, como Metallica, han llegado a Santiago con comitivas que no superan las 60 personas.
En el caso de los hombres de Tumbling Dice, se justifica tanta compañía. El escenario que levantarán en Ñuñoa es uno de los más colosales de los últimos años y luce dimensiones de 58 metros de largo y 25 metros de profundidad. Una tarima que remata en una pasarela que se extiende por el área golden y que limita con el sector de cancha general.
Es la misma estructura que cruza la zona bautizada como Tongue pit, la más cercana al escenario, donde un pequeño grupo podrá llegar hasta las narices de Mick Jagger, Keith Richards y los suyos, y con entradas cuyo precio asciende a los $ 575 mil.
Para los que quedarán algo más lejos, los Stones también pensaron en ellos. El conjunto trae pantallas laterales de 14 x 13 metros, y una gran pantalla central de 17 x 10 metros. Además, utilizarán fuegos artificiales durante el transcurso de la velada.
Según reportan desde DG Medios, ya hay más de 50 mil boletos vendidos, por lo que se espera un lleno casi total para el espectáculo.
El aterrizaje
En lo que existe menos definición es en la llegada de la banda y en el número de días que finalmente destinarán a su escala santiaguina. En la firma tienen desplegadas una serie de medidas en caso que los músicos soliciten pasar varias jornadas en el país, tomando en cuenta que han sondeado la alternativa de ensayar antes del concierto, ya que su última fecha fue el ya lejano 15 de julio de 2015 en Québec. Lo único que está resuelto es que arribarán en un vuelo privado.
Tampoco se descarta que puedan montar un show sorpresivo y de dimensiones más moderadas, como la cita que concretaron en Los Angeles en mayo pasado, cuando anunciaron la venta de entradas sólo minutos antes de la presentación y a un inédito precio de US$ 5.
En cuanto a lo que sucederá bajo el escenario, el equipo de los ingleses no ha manifestado alguna petición especial dirigida a salir del hotel o conocer la ciudad, aunque sí hay exigencias para el sector de camarines.
Según lo que han pedido en todas las escalas de su recorrido continental, una de las prioridades es que se habilite un área para que Jagger pueda correr y ejercitar antes del espectáculo. Una zona que ojalá sea tranquila, sin miradas ajenas, con extensiones de siete a nueve metros de largo por tres de ancho, y que esté en el contexto de una pista de atletismo o una cancha de básquetbol.
Para sentirse cómodos, el cuarteto ha pedido que todo el backstage tenga muebles en tonos gris, blanco y negro, y confeccionados con gamuza blanca.
El carácter más clásico también será parte de su listado de canciones, el que se espera repita lo mostrado en la gira Zip Code que hasta mediados del año pasado los tuvo por Norteamérica. Ahí, la partida era con Star me up, para luego desenfundar joyas de sus mejores días, como It’s only rock ‘n’ roll (but I like it), Street fighting man, Wild horses o Brown sugar, culminando con la eterna (I can’t get no) Satisfaction.
Tras Santiago, la banda partirá a Buenos Aires, donde tienen agendados tres shows con entradas totalmente agotadas.