Desde las 19 hs del viernes ya había gente haciendo cola para acceder a la preventa del banco Santander que abría el sábado a las 10. Yo llegué a las 5 de la mañana y a la hora de la apertura habrían unas 9 cuadras. A las 18 todavía habían colas hasta la rambla! Fue (es) tremendo. Los que estuvimos allí, hasta último momento no sabíamos cuántas entradas vendería Santander, así que imagínense el nerviosismo.
A pesar de toda la locura, ya tengo mis entradas y me ando riendo sola por ahí de pura emoción. Valió la pena todo.