Fui con mi esposa a mi UNICO concierto de los Stones. Recuerdo que un amigo me pidio que hiciera un pequeño report del Show, me dijo que si era bueno lo iban a incluir en España en un fanzine dedicado a los Stones, pues me supongo que no fue incluido porque nunca me dijo mas nada. De todos modos, lo incluyo aqui (perdonen lo largo), pero leyendolo hoy me hace recordar exactamente lo que sentimos hace dos años. Ahi les va:
Noche de un Sueño. Una historia que se divide en dos
Veintidós de octubre, Fort Louderdale Florida, las manijas del reloj marcan las nueve y cinco de la noche cuando las luces del Office Depot Center (anteriormente Nacional Car Rental Center) se apagan y se escucha el rugido del público, la excitación aumenta, se encienden unas luces con matiz morado y se escucha el riff inconfundible del maestro Kith Richards: “Start Me Up” … el sueño hecho realidad, estoy viendo a los Rolling Stones en vivo por primera vez en mi vida, una sensación que no tiene palabras -¿Cómo explicarían ustedes como se sentían la primera vez que hicieron el amor?-. Cuando se es un verdadero fan de la “mejor banda del Rock and roll” es algo que te tiene que llegar hasta los huesos. No se porque todavía existe gente hablando de la edad de estos tipos, que si están viejos, que si ya tienen edad para ir al seguro social, que poco falta para que salgan en silla de ruedas y cosas por el estilo. Mucha gente que apenas pasa los treinta años quisiera tener la vitalidad y la condición física de Mick Jagger, así que aquí no vas a leer lo mismo de siempre: el tema de la edad, sino lo que realmente importa: el rock and roll.
A diferencia de la gira del “Voodoo Lounge” y “Bridges to Babylon” el escenario es muy sencillo, nada comparable con aquellos montajes espectaculares de los tours anteriormente nombrados. Tan solo una pantalla de fondo y un juego de luces decente, pero nada fuera de lo común, lo cual que le da un toque más intimo a la velada.
El concierto –al igual que los anteriores- no tiene desperdicio alguno, con un setlisting muy bien planificado y adaptado al gusto de los fanáticos. Por supuesto no podían faltar los temas clásicos, aquellos que la gente sabe que van a escuchar, pero lo realmente novedoso de la gira, es la inclusión de canciones poco comunes en tours anteriores y que eran pedidos a gritos por los seguidores, además que varía de noche a noche. Aparte de que en las arenas tocan un set de cuatro o cinco canciones de un disco en particular. Esta vez fue el turno del “Sticky Fingers”, constituido por “Wild Horses”, “Dead Flowers” con Mick Jagger en la guitarra acústica, “Bitch” y “Can´t You Hear Me Knocking?”, el clímax de la noche, de más de 10 minutos de duración, con solos magistrales del legendario Bobby Keys en el Saxo, Mick Jagger con la armónica y Ronnie Wood en la guitarra, el cual “me voló los sentidos y luego me voló la mente”, realmente hace poner la piel de gallina. La canción termina con una ovación para Ronnie –por cierto el más aplaudido de la noche durante la presentación-. No es para menos, finalmente tiene un rol más protagónico en la banda y no como un mero complemento – sobre todo en las dos giras anteriores -. Este hecho se refleja cuando Keith le levanta la mano en señal de victoria (Que manera de tocar Ronnie!!).
El set de Keith estuvo compuesto por “Slipping Away” y “Happy”. La primera de ellas como de costumbre, interpretada con mucho sentimiento, incluso Keith se despojó de la guitarra después de tocar apenas unos acordes, para volverla a tomar ya bastante avanzada la canción. “Happy” que más decir, magistral. El concierto continua con “Love Trains”, en el cual Mick aparece con sobretodo y sombrero blanco. Luego siguen con temas muy Stones como “Live With Me” y “Street Figthing Man”, esta última con un volumen elevadísimo en la guitarra de Keith, el cual te hace silbar los oídos. La audiencia se conecta realmente con “Honky Tonk Women”, cantando a coro casi toda la canción.
Cuando se asiste a un concierto de los Stones –no importa que sea la primera vez como mi caso-, no te importa mucho si tocan o no “Satisfaction” por las miles de veces que la has escuchado en bootlegs, pero que demonios, estar allí es otra cosa, el público brincó de la emoción apenas haber escuchado los primeros acordes. Los Stones la tocaron con una nueva energía, como si fuese de las primeras veces que la hubiesen interpretado, con un jam muy bueno al final de la canción entre Ronnie, Keith y Charlie.
Como es su costumbre, estaba el escenario central, pero en ausencia de puentes y cosas por el estilo, tan solo una simple pasarela en la cual los fans más privilegiados tuvieron la oportunidad de estrechar las manos de sus Idolos. En el “center stage” interpretaron “Mannish Boy”, “You Got Me Rocking” y “Brown Sugar”, aquí se nota una pequeña deficiencia de sonido en algunos pasajes, pero que importa, los Stones lo compensan todo con su manera inigualable de tocar. El final estuvo reservado para “Jumping Jack Flash”, con una lluvia de confeti rojo brillante sobre el público.
Tal vez lo único negativo –si es que puede haber algo-, es que no hubo regreso de la banda –quizás esperábamos “Simpatía”- y que el público en algunos momentos del concierto estuvo un poco quedado, quizás por le idiosincrasia de los estadounidenses. Pero no importa, se cumplió mi sueño, el cual quise compartir con ustedes, fanáticos igual que yo. Como anécdota les cuento que viajamos desde Venezuela un grupo de doscientas cincuenta persona en un Tour (mi esposa compartió la dicha conmigo) para ver a los Rolling Stones. Momentos antes de empezar el concierto –en el intermedio entre Shaggy y los Stones- un señor nos pregunta que si solo habíamos venido a Estados Unidos para ver a los Rolling. Pues si señor, no es solo para eso, es para cumplir el sueño de toda mi vida y en donde la misma vuelve a dividir nuevamente: antes y después del concierto. Supongo que estarán de acuerdo conmigo.
Rómulo Domínguez M.
