P.D.: en su anterior visita a NY a fines de los `70, mi viejo casualmente también vió ahí ¡a Tom Harrell!, y me contó la anécdota de que cuando terminaba sus solos, el tipo ponía los brazos y la cabeza para abajo y se quedaba duro por laaaargo tiempo, como a alguien que lo hubiesen puesto en penitencia; eso porque el tipo padece de alguna clase de problema mental ¿Sigue teniendo ese "tic", Javier?