Esto se trata de álbumes, que marcaron la grata vida de uno, antes de comprar el primer álbum de los Stones. (En mi caso, el primer disco de los britanicos que adquirí con el sacrosanto sudor de mi parte, por tener que levantarme de la cama para pedirle dinero a mis papitos, fue la compilación "Big Hits, High Tide and Green Grass"). ¿Alguien más tiene interés por compartir?
Comienzo.
Del alcohólico profesional, gran cantante (en mi humilde opinión) y, al parecer, role-model para ese obeso actor de barba tupida que salió en "The Hangover" y "Bored to Death" (Zack sepasumadre), Harry Nilsson, está la banda sonora original de "Popeye". Algunos malpensados relacionan el gusto del personaje (no Harry Nilsson - conocido tambíén como "Don Brandy Alexanders", o "yo emborraché a John Lennon en los setentas" -, sino el marino) por las espinacas como una referencia a la cannabis. Yo digo que a esas personas les patina el coco. Quizás sea coincidencia que el mero Robert Altman haya sido un gran admirador y usuario de la mota, pero queda claro que a lo que Popeye le entraba era a la coca. Solamente así pudiesen explicarse sus ataques violentos de energía. Debo confesar que nunca he probado la coca, aunque me han invitado. La razón, parafraseando a una tía mía muy querida es: ¿qué tal si me gusta?
¿Versión francesa?
¿No hay seres más crueles que los niños? El masoquismo, por supuesto, es una forma de crueldad. Así que no pudo haber mejor trauma para uno, con deseo de experimentar experiencias fuertes (creo que a algunos les gustan las películas de terror --las chidas: "Carrie", "The Thing", la "Pesadilla en la Calle del Infierno" original, "Zapata". Por cierto, creo que no han existido aún, ¿pero no sería interesante una película gore vista en el formato Imax? Quizás "Suspiria" o "The Birds"), que escuchar una y otra vez, sobre todo en época navideña o cuando a uno lo dejaban solo en casa, ese poema/canción en el que Cepillín habla sobre la ausencia de la madre.
Qué pinche foto tan chiquita. De puro coraje pongo ésta.
Predecible. Creo que todo infante debe ver esta película, al menos si tiene curiosidad por saber qué tanto emocionaba a Mafalda. (¿Es cierto que Quino la quiso matar, dejando que la atropellara un camión de Coca-Cola?) Esta película, creo, demostró que el Beatle más cool siempre fue Harrison. Antes había grabado las canciones de manera muy burda, pegando el micrófono de una radiograbadora a la bocina de la tele. Pero no me acomplejo; está científicamente comprobado que el 90 por ciento de los niños que van a la escuela, a nivel mundial, resultan mentalmente perjudicados porque aparentemente contratan a niñeros/niñeras, y no a educadores/educadoras. Mi mejor profesora, hasta la fecha, no es una de las que adquieren maestrías al por mayor, ha sido mi madre. Sí: mantengo una relación saludable con mis padres - por lo mismo, sería natural encandilarse cuando Cepillón hablaba sobre su mamá muerta. No importa: todos vamos para el cajón; yo solamente pido que me destinen una urna.
Y dale con las drogas. Esta película fue un fracaso comercial y de crítica en su época; desde los sesentas, se convirtió en objeto de adoración. Por las drogas. Siempre me obsesionó la te imagen del Mickey Miao sobre ese peñasco; y el cuento está chido por su dosis de crueldad. En YouTube hay un clip interesante, en el que se muestra a una centaura negra (de la Sinfonía Pastoral), que hace de sirvienta. Desde luego, estando en tiempos actuales de conservadurismo, y gente chillona que no tiene nada mejor que hacer más que protestar por estupideces, ese pedazo de celuloide fue censurado.
Hablando de oscuridades. Era éste o un caset titulado "Quiero una novia pechugona". Como lo de pechugona me remitía a los pavos, opté por éste. Además, apelando a mi alma incipiende de coleccionista, se trataba del volúmen 1. Anticipé, de ese modo, una posible adicción a los discos de comediantes. Confirmando otra vez mi hipótesis de que casi todos los pubertos pecan de mensos, no me di cuenta entonces de que las risas eran grabadas (es como el equivalente a "Beach Boys Party!"), generando una atmósfera falsa de club nocturno. Lo cierto es que el señor es talentoso. Pero la producción es contraproducente a fin de cuentas. Mi disco favorito de comedia, hasta la fecha, es uno de Sam Kinison: "Louder Than Hell".
Suficiente por ahora. Se derriten los hielos. Me despido por lo pronto.
Si tienen tele, regálenme una. ¡La que tengo en mi toilette se fundió!
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