Acá una reseña de la única visita de Sumo a Chile por alla en el año 1987,arriba corregí la fecha.
La cancion Camaron Bombay que luego hizo divididos la sacaron de un plato de camarones de restaurant de Con- Con. Sería bueno saber cual iria al tiro a tomar una foto.
Define una leyenda: Un grupo de muchachos que hacen rock sucio mezclado con reggae -al sur del mundo y a fines de los 80's- con un vocalista italiano que canta en inglés y que vive como un rocker de verdad, sacudiendo a 15.000 personas que no sabían de recitales.
Es Sumo,la banda de Luca Prodán tocando un sábado 21 de febrero de 1987 a las 8.30 de la noche en la Quinta Vergara. Y era el Primer Recital de Integración de Música Rock Chileno-Argentina, un festival que terminó cinco horas después. Actuaron Upa!, Sumo, Aparato Raro y G.I.T. Lalo Mir en el micrófono. La radio Concierto en la producción. Y la historia: La única visita a Chile, de la banda de rock latino más mitificada –y mítica- de los ochenta.
Cinco días antes había terminado el Festival de Viña. Era la época del pop latino. Soda Stereo y G.I.T. se habían llevado antorchas y portadas, mientras Lalo Mir estaba en Viña preparando el otro festival junto a Alejandro Sanfuentes, organizando lo que entre ellos llamaban un After Viña para cerrar el verano, en esos años donde sí que veraneaban argentinos en la Quinta Región.
Casi todos los diarios hablaban solo de G.I.T. y Upa!, que habían actuado en el Festival, pero algo se anunció de Sumo.
L.U.N. decía: “En la encuesta anual del suplemento joven del diario El Clarín, Sumo fue elegido como mejor grupo en vivo”. La Tercera los anunciaba como “el mejor conjunto en vivo que se diferencia del resto precisamente por su despliegue teatral”. Y El Mercurio: “El vocalista de la banda es un pelado estilo Kojac”.
Nada más. “Sumo era un número más tapado, pero que tenía una camada de seguidores santiaguinos, esa gente que viaja un poco más, la más enterada, los que sabían lo que significaban al otro lado”, cuenta Lalo Mir.
Sanfuentes recuerda: “Fue difícil conseguirlos, ya que estaban en su mejor momento en Argentina. Además, a Luca no le gustaban los aviones, por lo que tuvo que subirse con varias copas de ginebra en el cuerpo. Creo que vinieron por el placer de tocar y salir de la rutina”.
Los Sumo nunca obedecieron a los patrones del pop. No hacían promoción, solo tocaban y con suerte daban una conferencia de prensa. Lalo Mir: “Eran bien de culto, un culto bastante multitudinario, cosa extraña y contradictoria, pero así era”.
Cristián Reveco tenía 15 años el '87 y fue con sus hermanos a ver a la banda. “Para mí el ticket era caro. Pero Sumo tenía un público fuerte de las ciudades del interior de la Quinta Región, como Villa Alemana y Limache. La gente empezó a llegar tarde, como saltándose el principio".
"Igual nos sorprendió ver a tres o cuatro que andaban rapados. En ese tiempo nadie andaba rapado. Había harta gente vestida de negro también. Eran como una barra. Cuando todavía no salía G.I.T., los pelados empezaron a gritar 'Antorcha!'. El público molestó harto a los G.I.T. Que eran huecos y esas cosas les gritaban”, cuenta.
Sebastián Piga tocaba saxo en Upa! Abrió la noche y luego se quedó debajo del escenario viendo a Sumo. “No podía creer como sonaban. No eran un grupo parafernálico, eran de tocar y lo hacían increíble. Yo vi cosas que no he vuelto a ver”. Reveco lo apoya: “Fue de esos recitales de canciones largas, vaciladas, se notó que entraron a tocar. No tenían problema en alargar las canciones”.
La periodista argentina Vera Land los siguió desde sus inicios y cuenta: “Gran parte de la puesta en escena se la debían a la exultante personalidad de Luca. Era muy divertido, de hacer bromas todo el tiempo. Debajo del escenario estaba como incómodo, silencioso, arriba se quería quedar siempre”.
En la Quinta Vergara tocaron 1 hora y 10 minutos. Germán Daffunchio (en la foto de arriba) tocaba la guitarra base de Sumo y algo no se le borra. “Casi me muero. Había un charco de agua y recuerdo que me acerqué a Diego (Armedo, el bajista). Estábamos sobre el charco y cuando lo toqué ví una luz blanca en el centro de la frente de los dos. Casi explotamos, pero seguimos tocando. La gente no se dió cuenta de nada. Te digo que yo de la cara de él y él de la cara mía no nos olvidamos más”.
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Piga recuerda algo parecido: “Ricardo Mollo (guitarra) hacía un solo y el Luca le decía 'ya, ya, para, no sigái', y lo empujaba y el otro le contestaba con la guitarra. Hasta que el Luca no encontró nada mejor que empezar a tirarle agua. Y cuando el otro estaba empapado le pasó su guitarra al asistente y el asistente se electrocutó”.
Para Daffunchio la explicación es clara: “Los shows de Sumo no tenían una cosa igual siempre. Nunca sabíamos muy bien qué iba a ocurrir. No era ensayado. Luca venía a abrazarte o te tiraba un chorro de agua en la cabeza, era muy espontáneo”. Un botón: Esa noche Prodán decidió cantar sin pantalones por un buen rato.
El recital fue redondo, pero el público tuvo que esperar una hora y media para que salieran a escena por problemas con el sonido. Mir explica: “Se perdió la plantilla de sonido de Sumo. Luca estaba atrás del escenario tirado en el piso con esa camiseta roñosa y esos joggins raídos tomando su botella de pisco, y cuando la terminó se paró y dijo 'toquemos así'. Tocaron así y armaron el sonido mientras iban tocando. Terminó siendo una misa, una cosa alucinante”.
Piga: “Nos dábamos cuenta en el momento que era algo importante. No teníamos idea qué futuro iban a tener, pero tenías que estar ahí. Era algo que estaba pasando de verdad, nada artificioso, estos locos tocaban de verdad”. Mir: “Fue espectacular, en la radio tocábamos el cielo con las manos. Fue una especie de sueño. La sensación que a mí me queda es que todo aquel que estuvo ahí se decía ¿fue o no fue?”
La prensa solo habló de la actuación de los argentinos. LUN, por ejemplo: “Luca no baila ni canta bonito, pero se comunica de una forma con la gente y con el resto de los músicos! Hace chistes y juega y empuja, grita, calla y lanza todo al aire. Es un circo y el público, al principio un tanto desconcertado, se va arrastrando en él. Al parecer no todos estaban al tanto de que la rebelión contra la sociedad de consumo es, más que una temática, una forma de vida”.
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Los del grupo, según Sanfuentes, quedaron satisfechos: “No se querían ir, sobre todo Luca. En el viaje a Viña me dijo que los cerros de Chile le recordaban mucho a Italia”. Piga: “A la salida del festival pasamos por una fuente de soda y nos encontramos con ellos. Los saludamos pero me dio lata ir a molestarlos. Estaban como en una nube”.
Para Chile, no hubo un bis. Se decía que podían volver en mayo. Sanfuentes cuenta que tenían fecha para enero del 88. Pero no se pudo.
“Su muerte era una crónica anunciada”, comenta Daffunchio. “Luca estaba mal del hígado, con los años fue empeorando, tomaba mucho alcohol”, agrega. Para Piga era igual: “Típico que te llegaban los cahuines de amigos argentinos que decían 'puta, el pelado un día se va a morir”.
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Y lo hizo. Luca Prodán murió el 22 de diciembre de 1987 en una casa comunitaria de San Telmo. Todo lo que recuerda Vera Land lo vio por la tele: “Estuvieron un día entero con la imagen Luca. Era su cara con unos algodones que le habían puesto en el cuello. Las circunstancias de la muerte no fueron mencionadas inmediatamente por los medios argentinos. Tiempo después comenzó lo de las pintadas de 'Luca vive' y las visitas a su tumba”, recuerda Vera.
Hoy, una película y una suerte de procesión al cementerio de Avellaneda lo recuerdan. La gente pintó flechas en las paredes para indicar el lugar. Daffunchio no volvió a hacer música hasta un año después, cuando Armedo y Mollo salieron con Divididos.
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Para finalizar, una postal de Luca: El día en que los Sumo se fueron de Chile, Prodán no aparecía por ningún lado. Sanfuentes: “Divisamos un taxi y llegó en brazos de dos pescadores del puerto. No había dormido en el hotel. Se había ido a pescar mar adentro. El productor los sacó del hotel muy temprano y eso no les agradó mucho. Fuimos a comer a un restaurant en Concón. La venganza fue pedir el plato más caro de la lista. Era el ‘Camarón Bombay', y de ahí nació un tema”.
La canción no es de Sumo. Es el single de 40 Dibujos Ahí En El Piso (1989), el álbum debut de Divididos. Ahí se oye un estribillo que juega con el nombre del crustáceo. Nadie sabe si Luca lo alcanzó a cantar.
Saludos!!!