6 Jun 2010 - 9:00 pm
El ‘papá’ de los Rolling StonesPor: Juan David Montoya
elespectador.com
Andrew Loog Oldham tiene un lazo que lo une a Colombia.
Foto: Luis Banavides
Andrew Loog Oldham, quien se inició en la industria musical a los 19 años, dice que los Beatles eran más agresivos que los Rolling Stones.
Ese vínculo se llama Esther Farfán, la mujer que conquistó al mánager de los Beatles, Bob Dylan y Charly García, y que hace poco participó en el ‘Un Convention Medellín’.
Son las cinco de la tarde pasadas y Andrew Loog Oldham entra disparado en su habitación del Hotel Nutibara de Medellín a buscar su bolsa de té. A pesar de que dejó a su Londres natal hace unos 40 años, aún toma la bebida a las cinco de la tarde. También en las mañanas y en las noches. “Todo el tiempo”, aclara mientras busca la tetera que reposa bajo su cama.
A mediados de los 70 este hombre se enfrentó a un dilema: o bien se quedaba en cama viendo tres filmes, o tomaba un avión para reencontrarse con Esther Farfán, una modelo con la que había sostenido un romance en Nueva York. Más de 33 años han pasado desde que decidió tomar el avión y establecerse con esta colombiana que lo sigue por todo el mundo.
Loog Oldham pasa sus días entre Bogotá, Inglaterra y los cuartos de hoteles, hasta donde llega invitado por gente de todo el mundo que lo busca para que comparta sus experiencias como mánager y productor. En el oficio se inició a los 19 años junto a los Rolling Stones, los Beatles y Bob Dylan. No había finalizado su adolescencia, en la que se desempeñó como timador, cuando entró a la conservadora industria del entretenimiento londinense de los 60.
Él fue una de las figuras del Un Convention Medellín, un espacio “para los músicos y artistas que quieren aprender cómo hacer que su música sea escuchada y mejorar la práctica de su arte”. Después de varias versiones en Inglaterra, el Un Convention se salió de la isla europea y este año estará en diez países. Este productor, que ha trabajado con Charlie García y Los Ratones Paranoicos, Little Richard y Eric Clapton, es ejemplo viviente de la psicodelia de los 60 convertido a la cienciología y HBO lo puso en la mira para grabar una serie basada en su vida. Además, es considerado como el ‘padre’ de los Rolling Stones, y de él Mike Jagger afirma que “tenía una actitud joven e irreverente ante el establecimiento de la industria musical”.
¿Cree usted que estos macrofenómenos de los 60 en Londres podrían suceder hoy con los medios digitales?
Nunca podrá pasar de nuevo de la misma manera. Es muy difícil mantener el glamour y el misterio cuando no hay distancias. La internet está en tu cara. Durante los últimos cinco años, los artistas dejaron de tener la posibilidad de crecer lentamente. Para hacerlo, tienen que hacer todos los trucos de una sola vez y lo único que les queda es hacer dinero.
¿Habla sobre el ‘romanticismo’ que había en asistir a un concierto de una banda como los Rolling Stones?
Ahora un concierto de los Stones o de McCartney es como una celebración, una falsa celebración de la supervivencia. Para que la gente reviva momentos que muy probablemente nunca tuvieron.
¿Pero qué hay de la serie de conciertos de los Stones en el Estadio Monumental de Buenos Aires, en 1995?
Eso fue diferente. Yo estuve allí y fue increíble. En Suramérica es diferente. Todavía hay algo de misterio. La Luna estaba sentada sobre el Monumental y era como un miembro de la audiencia. La ciudad era una extensión del concierto.
¿Es Charlie García la versión latinoamericana de la actitud Rolling?
Él es uno de los mejores solistas que haya conocido. Es alguien muy enfocado, a pesar de su locura. Pero tienes un problema con Charlie: es tan brillante que hace en cinco minutos lo que a alguien más le toma dos horas. ¿Qué hacer con el resto del tiempo? Enloquecer…
Alguna vez afirmó que los Rolling ya eran ‘chicos malos’ cuando los conoció, pero que pudo sacar de ellos lo peor… ¿cómo lo logró?
Eso no es del todo cierto. Ellos pertenecían a la clase media y se comportaban mejor que los Beatles. Los Beatles eran mucho más cercanos a la clase baja. Los Rolling Stones leyeron la clase media y aquellos que eran de la clase baja eran más vieja guardia. Nosotros sacamos la violencia que había detrás de ello. Los Stones aprendieron por instinto a manipular a la prensa.
Si en los 60 los Beatles, con quienes usted trabajó, eran tan exitosos, ¿cómo es que se le ocurre producir una banda que fuera la “antítesis” del cuarteto de Liverpool?
Lo hicimos y los Stones llegaron a ser, por un período, tan exitosos como los Beatles. Hay algo bastante particular. Los Beatles eran muy agresivos, en especial John Lennon y Ringo Starr. La mitad de sus shows fueron en lugares sórdidos, antes de salir su primer sencillo. Luego conocieron a Brian Epstein, quien los hizo comportarse por un tiempo. En muchos aspectos, yo les dije a los Rolling Stones quiénes eran y en eso se convirtieron.
¿Fue usted la primera persona que se enfrentó al dilema entre quiénes eran mejores, los Rolling Stones o los Beatles? ¿Fue usted la primera persona que prefirió a los Stones?
Más o menos. Con los Beatles lo único que estaba haciendo era la publicidad. En los primeros cuatro meses de 1963, no sólo trabajé con los Beatles, sino también con Bob Dylan. Eso fue como una experiencia religiosa, porque había tanto de él como de su mánager, Albert Grossman. Estar en la misma habitación que ellos era como atestiguar un matrimonio. Cuando artista y mánager se pueden leer los pensamientos, el resto de las personas quedan excluidas. Eso me fascinó.
¿Cómo fueron esas ‘experiencias religiosas’ con los Rolling Stones?
Para mí, ellos eran cinco personas comunes y corrientes, con las que a mí me gustaba divertirme. Pero cuando subían al escenario se convertían en algo muy especial.
Es difícil de creer eso por la imagen que han construido todos estos años…
La idea durante los últimos 30 años ha sido mantener la imagen. Sé que Keith odia esto, pero él está ‘limpio’. Él odia leerlo, pero desde hace unos años sabe que si consume de nuevo drogas fuertes, morirá.
¿Cómo hizo para convencer a Lennon y McCartney de que les escribieran ‘I wanna be your man’ a los Rolling?
Mick y Keith no escribían en esa época (1963) y acababan de salir de un ensayo que no iba nada bien. No teníamos nada que nos inspirara para grabar el segundo sencillo. La sala de ensayo quedaba en un sótano. Yo subí las escaleras y caminé hacia la izquierda. No tengo ni idea de qué hubiera pasado si hubiera volteado hacia el otro lado porque me topé, bajándose de un taxi, a John Lennon y Paul McCartney. Ellos vieron que estaba molesto y preguntaron que qué ocurría. Los Beatles eran los más hostiles, pero si estabas en la misma habitación con ellos te hacían sentir como la persona más importante. Ellos bajaron al sótano y tocaron la canción. Al momento en que yo escuché a Brian Jones tocar la guitarra supe que le habíamos añadido, un elemento que la haría llegar a ser todo un hit.
¿Cuál historia recuerda más a menudo junto a los Stones?
Viajando sobre Canadá, nuestro primer avión privado estaba perdiendo 10 mil metros de altura… Y nosotros pensamos que eso era divertido. Nos preguntamos ¿Dónde está Brian (Jones)? Él estaba en la cabina dándole nitrato de amilo (popper) al piloto.
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