Coincido con todo lo que expresaron aquí, y queda poco por agregar. Los empecé a escuchar a los 16, gracias a ellos tomé la música seriamente hasta convertirme en melómano, gracias a ellos conocí kilos de música más, gracias a ellos empecé a tocar la guitarra, a tomarle el gusto al inglés, y un largo etcétera. Para cada momento de la vida hay una canción de los Stones, y parafraseando a Nietzsche: "Sin los Stones la vida sería un error".
El mejor regalo que me dieron fue en el recital del 23 de febrero, que antes de arrancar el mismo le dije a un amigo con el que fui y a su padre: "estaría bueno que toquen mi tema preferido del Sticky, Bitch". Y Cumplieron.