Plantean que muerte de Brian Jones no fue accidente
Según el informe oficial, el ex guitarrista de los Rolling Stones falleció a los 27 años en un accidente provocado por su ingestión de alcohol y drogas
EFE
El Universal México
Londres, Inglaterra
Domingo 6 de noviembre de 2005
10:48 Una nueva película y una investigación particular apuntan que la muerte de Brian Jones, el que fue fundador y guitarrista de los Rolling Stones, ahogado en una piscina en julio de 1969 a la edad de 27 años, no fue accidental.
Según el informe oficial, la causa de la defunción fue un accidente provocado por su ingestión de alcohol y drogas, pero algunos, entre ellos, una mujer que fue su amante y madre de uno de sus hijos no han aceptado nunca esa versión.
Una película titulada Stoned, dirigida por Stephen Woolley, productor de The Crying Game y que se estrena este mes en el Reino Unido, va a alimentar la polémica, predice el dominical The Independent on Sunday.
Woolley sostiene en ella la tesis de que Jones fue muerto en realidad por un constructor llamado Frank Thorogood, a quien los Rolling Stones habían encargado la renovación del despacho que ocupaban por aquel entonces y que falleció en 1993.
Según Wolley, el músico debía a Thorogood ocho mil libras por unos trabajos y trató de darle un susto para que le pagara, metiéndole la cabeza bajo el agua en la piscina de su residencia de Cotchford Farm, en Sussex, pero le retuvo allí demasiado tiempo y Jones se ahogó.
Un detective privado descubrió que Brian Jones había decidido poco antes prescindir de los servicios de Thorogood, lo que enfureció a éste y puede explicar en parte lo ocurrido, sostiene el cineasta.
Según algunos, el propio Thorogood admitió haber dado muerte al músico cuando se encontraba ya en su lecho de muerte.
Pero no es ésa la única teoría sobre la muerte de Jones: una mujer llamada Pat Andrews, que tenía quince años cuando conoció al músico en la pequeña localidad de Cheltenham y ha cumplido mientras tanto los sesenta, está también convencida de que Jones fue asesinado.
Andrews, que trabajaba entonces de camarera, tuvo una relación de cuatro años con el músico, fruto de la cual nació Julian Mark Andrews en octubre de 1961, con quien la joven se trasladó a Londres siguiendo a Jones, que estaba decidido a hacer una carrera musical.
La relación acabó, sin embargo, por culpa de los celos, entre otras cosas, y madre e hijo volvieron a Cheltenham, ciudad natal de Jones.
Pat Andrews iba a regresar algún tiempo después a Londres y medio se reconcilió con Jones más por amistad que por otra cosa, ya que éste no tenía a nadie que le lavara la ropa como los otros Mick Jagger o Keith Richards, que tenían a sus madres.
Pero a finales de 1963, Andrews abandonó definitivamente al músico y se llevó al hijo de ambos a casa de sus padres en Cheltenham para que se criara allí.
Andrews hizo nuevas amistades, pero en 1995 volvió a su viejo amor al fundar un club de fans de Brian Jones para, según confesión propia, hacer que la gente cambiara de actitud hacia el músico, en quien muchos veían sólo a un drogadicto que acabó mal.
Mientras tanto, un investigador aficionado llamado Trevor Hobley que se había interesado en Estados Unidos por la vida de Jones vino a Gran Bretaña y entabló contacto con ella con la esperanza de que le ayudara en su trabajo.
Durante dos años y medio, Hobley ha logrado compilar una serie de documentos que, en su opinión, prueban que Jones fue asesinado.
Su teoría es que los asesinos hicieron perder el conocimiento a Brian Jones en el estudio de música, metieron su cabeza en un cubo de agua para ahogarle y luego le pusieron el traje de baño e introdujeron el cadáver en la piscina.
Hobley dice que conoce a un testigo, cuya identidad no ha revelado, que estuvo en Cotchford Farm durante las seis semanas que precedieron a la muerte de Jones y que estuvo incluso al lado del músico dos horas antes.