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« on: Agosto 31, 2022, 09:24:53 pm »
Buenas y santas.
Mucho, y hasta en demasía, he abundado sobre cuestiones que trambolizan mis sentires cuando entro a filosofar sobre los Stones.
No me gusta esto; no me gusta lo otro. No soporto a este tecladista (Leavell), no aguanto al otro (Clifford); las cornetas me irritan; Fowler y Darryl me dan una rabia...
Pero bueno, ya está.
La cosa es que quería ver si a ustedes les está pasando lo mismo que mí en cuanto a la superabundancia de material para escuchar.
Siendo yo un niño de escuela primaria, conseguir discos de los Stones no era lo más sencillo, porque en ese momento, los CDs estaban a 15 pesos argentinos, que era lo mismo que 15 dólares estadounidenses. Sé que esto será leído por gentes de distintos países y les ruego que no pidan explicaciones.
Era muy costoso para un nene comprar en la disquería un disco hecho y derecho, por lo que dependía de la voluntad de otras personas y de mis propios rebusques.
Recuerdo copiar Tattoo You, Stripped y Sticky Fingers en casette e ingerir esa música en mi ser como si de alimento se tratara.
Con el advenimiento de la internél, mis pulsiones se volcaron hacia las rarezas y pirateadas. Así fue como busqué Voodoo Stew, Voodoo brew y Voodoo Residue.
Hasta ahí, todo fenómeno, regio y macanudo.
Pero hete aquí que llegué a WorldOfRollingStonesBootlegs. Y entré como loco a bajar recitales completos, sin esas ediciones pedorras que mete Jagger, que me dan un asco total.
Bueno.
Y al toque largan From The Vault. Y Bremen. Y Buenos Aires.
Y a la vez, los en vivo que no son From The Vault.
Y tengo los Argentina '95, '06, '98, '16,
Y están estos unrealised super filtreyshon.
Y hoy me veo sin tiempo de estudiar como lo hacía de adolescente, sabiendo a conciencia qué verga escucho.
Toda la vida entendí que no había un choto de outtakes de Babylon, porque fue una cagada en la que nadie se juntó a componer con los otros. Pero ahora ALLLLLLGO apareció.
Eso debería ser objeto de mi devoción. Mas siento que me pierdo atender la reedición de Tattoo You.
Si le entro a esa, no termino de apreciar Bremen. Por supuesto, y por el mío también, Bruselas se me pasa de largo.
Ni hablar de todo lo que hay de '81/'82.
Mientras escucho todo eso, Exile queda a un lado.
Soy ultra fans de Voodoo Lounge y Blue&Lonesome, pero tengo una inmensidad de otras cosas de estos afeminados para escuchar y no sé qué hacer.
Asimismo, desde Now! hasta Majestades como que se me confunden los discos, porque me suenan a rejuntes de canciones, lo cual es cierto, pero me angustia no tener el tiempo de darles la atención necesaria. Off The Hook está en mi copia de Now!, pero Ruta 66 lo tengo en December's.
Esto lleva a otra angustia... me preguntan cuál es el primer disco de los Stones y mi respuesta es una diarrea de palabras que me ahogan a mí mismo.
Lo mismo pasa con AC/DC, pero con los Stones es peor: hay como 23 discografías paralelas, hasta Majestades, y yo ya no entiendo nada.
Por suerte, todo esto llegó a su fin y ya no tengo que andar escuchando qué poronga tocan en vivo. Eso es un alivio.
Lo mismo me pasa con Hendrix, que a pesar de haber existido por sólo tres años, tengo 200mil millón gigas de música que no termino de digerir.
De niño deseaba tener los discos de los Stones; hoy siento que no puedo abarcar todo lo que tengo.
Escuchaba Voodoo Lounge, leía el librito, sabía lo que tenía entremanos. Hoy me cuesta ubicar lo que escucho.
El segundo recital de México 2016, por ejemplo, me dejó pasmado, pero no encuentro tiempo para repasarlo como se debe, entre tantísimo ultramegasuper exceso de material para escuchar de los Stones.
Me angustia mucho.