Hace un tiempo, que estoy por escribir sobre el libro.
La verdad, Ronnie tiene talento hasta para escribir, me sorprendió lo divertido y distendido que es para escribir, es super gracioso, desde las juergas que se armaba su padre y que Ronnie bien mamó de chico como un montón de anécdotas increíbles con Keith, con Krissy, su primer crío en fin, dudo que el de Keith, sea tan divertido, debe ser buenísimo, igual.
Bueno, acá les comparto una de las anécdotas que tienen que ver con Woody y los Wailers.
"En noviembre de 1979 dentro de la gira mundial Surivivor, Bob Marley and The Wailers tocaban en el Oakland Coliseum. Al Anderson, uno de los guitarristas del grupo, había perdido su instrumento y me llamó para pedirme si podía prestarle una de mis guitarras. Le dije que claro, e incluso me ofrecí a llevársela. Así que volé hasta
San Francisco, cogí un taxi y me presenté en el Coliseum varias horas antes del concierto. El problema fue que la gente de seguridad de Bob no me dejaba pasar. Les expliqué que tenía que llevarle la guitarra a Al, pero aquellos enormes jamaicanos no sabían quién era yo y lo único que venían era a un blanco flacucho con pelos muy graciosos que intentaba colarse por la cara. Intenté convencerlos por todos los medios, pero como no había manera, decidí que el único modo de demostrarles quién era yo era tocando.
Tuve que pasar una audición. Allí estaba yo, en la entrada de artistas al estadio, tocando riffs de reggae hasta que los tipos de seguridad empezaron a flipar y a seguir el ritmo. Al fina se dieron cuenta de que no les estaba tomando el pelo y me dejaron entrar. Estuve allí un rato hasta que Al apareció.
Me llevó detrás del escenario, donde pasé un buen rato con los Wailers en medio de una densa bruma de hierba. Reímos y bromeamos, y estuvimos tocando un poco. Les dije que estaba alucinado de poder tocar con ellos (después de todo aquellos eran los reyes del reggae), y me preguntaron si me gustaría salir y hacer un bis con ellos. Miré a Al, me dio las gracias por la guitarra y luego me llevó al camerino de Bob. Bob estaba en medio del cuarto lleno de humo, balanceándose al suave ritmo del reggae y con la habitual grifa ardiendo sin cesar. Cuando Al me presentó, los ojos de Bob estaban casi cerrados. Le dije hola y él se limitó a asentir. Era un hombre muy tranquilo, que se mantenía alejado a propósito de la energía que reinaba afuera entre el resto de su banda. Compartimos un par de porros de maría y vibramos al rimo de algunas de sus canciones. Le dije, "creo que eres el único miembro de tu banda que que aún no sabe que esta noche toco con vosotros ¿no es así?". No respondió. En vez de eso, me dirigió una mirada como diciendo: "si crees que puedes tocar, por mi adelante".
La banda ofreció un concierto fantástico, y cuando volvieron para los bises, Bob me sacó con ellos. Empezamos a vacilar a ritmo de reggae, y cuando Bob me oyó tocar volvió a dirigirme una mirada, esta vez como diciendo: "muy bien tío, eres bueno". Supuse que tocaríamos sólo un par de canciones, pero Bob y yo estábamos disfrutando tanto juntos que hizo que me quedara en el escenario durante el resto de los bises, que duraron hora y media.
Después del concierto, el grupo nos hizo sentir como en casa. Bob y yo hicimos algunas entrevistas juntos, e incluso se sacó una foto con Jo y conmigo. Ya estaba a punto de despedirme cuando uno de los Wailers me dijo "¿Sabes? A Bob, le caes realmente bien", lo cual resultó muy extraño porque él estaba justo allí delante, era como si no pudiera o no quisiera hablar por sí mismo, siempre que alguno de los Wailers pudiera hacerlo por él.
"Bob quiere que vengas a jugar al fútbol". Así que jugamos fútbol. Tenía una especie de campo cubierto detrás del escenario, donde estuvimos peloteando y fumando una ganaj fabulosa. Y allí estábamos: un inglés jugando a su deporte en América con una pandilla de rastafaris, y Bob sin parar de sonreir todo el rato. Qué tipo tan grande...."
Saludos :wink: