bueno un poco de historia de como bien dice eric clapton sobre el final
“Robert Johnson es el más importante músico de blues que haya vivido”.
Se dice que en una encrucijada hizo un pacto con el Diablo a cambio de tocar como nadie
Robert Johnson, figura mítica dentro del blues y el rock and roll, cumple 70 años de su muerte
Su muerte repentina no fue completamente aclarada, lo que alimenta el mito de “músico maldito”
La historia oficial registra el nacimiento del rock and roll en el año de 1954, cuando un grupo de intrépidos personajes puso en la escena pública masiva una serie de ritmos y de líricas que conmovieron a la juventud por sus mensajes liberadores en cuanto a muchas posiciones de la férrea moral adulta de ese momento, que germinaba en el terreno de la hipocresía y otras contradictorias prácticas.
Fue entonces que nombres como Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard, Johnny Cash, Fats Domino, entre muchos otros, fueron los personajes precursores que con sus actitudes en escena iniciaron una revolución en la cultura popular mundial cuyos alcances aún se pueden apreciar. Pero para muchos esto es inexacto, ya que muchos años antes otro personaje había realizado lo mismo, sólo que con su prematura muerte y los inconvenientes de su época fueron factores que impidieron que recibiera el reconocimiento que otros, muchos años más tarde, recibieron.
Además, lo anterior no podía ocurrir porque el público no estaba preparado y no tenía la madurez para sumir una personalidad y talentos tales. Aspectos con los que un legendario bluesman, originario del “sur profundo”, se adelantó a su tiempo en muchos aspectos técnicos y artísticos, además de que a este personaje la vox populi siempre le atribuyó la naturaleza de sus dones al hecho de que el citado artista realizó un fáustico pacto con el Señor de las tinieblas, quien a cambio de su alma inmortal le otorgó la capacidad de tocar la guitarra como nadie y la aptitud de elaborar arquetípicas composiciones, piezas que en sí son una crónica personal de su absolutamente trágica, joven y corta vida, que en mucho contribuyeron para que el respetable siempre tuviera la impresión del sobrenatural pacto, por la naturaleza de la poesía que el músico de color vertió en su lírica en donde hacía alusión a su cercanía con el Diablo. Es de esta forma que la leyenda del inmortal Robert Johnson transcurre por los caminos que van de los hechos verídicos e históricos, a la leyenda urbana y el folclor popular.
Con motivo de su aniversario luctuoso número 70, a continuación se evoca la naturaleza creativa y los detalles fantásticos de la biografía de este fundamental personaje para la música que hoy ostenta el título de rock.
When you got a good friend
Robert Leroy Johnson nació el 8 de mayo de 1911 en Hazlehurst, Mississippi, en el corazón de la región conocida como La Delta. Por motivos de la falta de datos fidedignos, la biografía del citado personaje es muy nebulosa y la mayoría de los estudiosos de su persona han recuperado de los testimonios verbales de algunos personajes que le conocieron los siguientes datos básicos. Hijo producto de la relación extramarital de Julia Major Dodds y Noah Johnson. Su madre estaba casada con el terrateniente y fabricante de muebles Charles Dodds, con quien tuvo 10 hijos anteriores a él. El esposo de su madre fue obligado por el crimen organizado de la región a abandonar su propiedad. En la huida, la mujer dejó a su hijo ilegítimo al cuidado de su marido, que al mudarse a la ciudad de Memphis, Tennessee, cambió su nombre por el de Charles Spencer. Sería hasta 1919 que el niño volvió a convivir con su madre, que para esas fechas ya se había casado con otro hombre llamado Dusty Willis y tenía su residencia en el poblado de Tunica, Mississippi, en donde fue inscrito como Robert Spencer en la Indian Creek School, lugar en el que permaneció de 1924 al 27 y en donde aprendió a tocar la armónica e inició su carrera como incipiente músico callejero.
Ramblin’ on my mind
Para 1928, voluntariamente el joven había recuperado el apellido de su padre biológico y firmaba como Robert Johnson, como consta en el acta de su primer matrimonio, sociedad que contrajo con la joven de 16 años llamada Virginia Travis en febrero de 1929, quien al año siguiente muere junto a su primer hijo por complicaciones en el parto. Por esos días conoció al que sería su gran influencia musical, Son House (Eddie James Son House, Jr., 21 de marzo de 1902, Riverton, Mississippi - 19 de octubre de 1988, Detroit, Michigan), figura con la que convivió en Robinsonville, Mississippi, y quien le enseñó algunos secretos para tocar la guitarra.
A razón de una intensa práctica, el aprendiz se convirtió en un respetable intérprete e imitando la estética de su mentor, inició su carrera tocando en varios oscuros antros de su lugar de residencia, y más tarde le nació el anhelo de moverse a otros ámbitos y otras geografías, en la búsqueda de su verdadera identidad musical.
Crossroad blues
En 1931, convencido que su destino está en su música y el camino, se convirtió en un itinerante y recorrió todo el sur en donde empezó a labrarse una fama y un nombre. Muchos dicen que fue en esos viajes cuando la ambición de Johnson entró en complicaciones con su talento real, y sabiéndose todavía incapaz de trascender con su arte, hizo un pacto con el Diablo, a quien invocó siguiendo un ancestral conjuro, cerca de un camino rural de Mississippi, en una plantación de algodón de un poblado llamado Dockery.
Según la tradición surgida del sincretismo resultante de la fusión de los ritos africanos y la fe cristiana, se aconsejaba que para realizar el encantamiento debía buscarse el punto medio en la intersección de un solitario cruce de caminos, a la medianoche y empuñando su guitarra. Lugar en el que se le reveló un descomunal hombre vestido de negro con el que realizó el metafísico trueque.
A cambio de su alma inmortal, por cierto y limitado tiempo, él recibiría la virtuosa condición de convertirse en un músico de blues fuera de serie y encumbrarse como El Rey del Delta Blues. Cuando el solicitante aceptó las condiciones del trato, el extraño y sobrenatural personaje tomó su guitarra y la afinó. Al devolvérsela, Johnson ya era otro. Inmediatamente después de consumar la satánica transacción y al regresar a los lugares que había frecuentado en el pasado, los parroquianos de esos honky tonks rápidamente notaron el cambio.
El joven muchacho se había convertido en un avieso ejecutante que entonaba pesimistas y sombrías baladas, pero al mismo tiempo vitales crónicas del desamparo, la imposibilidad amorosa, el abandono afectivo y la trágica condición de la vida, interpretaciones cargadas con un virtuosismo ajeno a este mundo. En resumen, el joven músico se convirtió en un arcón de efectivos e inolvidables blues, composiciones propias y ajenas; emotivas piezas llenas de sabiduría, pasión y erotismo que trascendieron el espacio y el tiempo. Seminales blues, que eran interpretados con un desconocido y característico fraseo vocal, en donde se incluía estilizados y conmovedores falsetes; el espectacular vigor de sus estructuras literarias formadas por una sensible, personal y minimalista poesía, alejada de todos los gestos y actitudes tradicionales, lírica que era apoyada en complicadas estructuras musicales que eran la natural evolución del estilo sincopado heredado de Son House, en donde destacaba el uso de la técnica conocida como bottleneck o cuello de botella, estilo que posteriormente fue identificado como slide. Estos rasgos convirtieron al glorioso intérprete en una joven leyenda, relacionada siempre con un sobrenatural origen y la evidente condición de “músico maldito”.
Phonograph blues
La fundamentación del legado y la leyenda del músico se inició cuando por su bien ganada fama conseguida en pocos meses fue buscado por esos itinerantes buscadores de talentos, que por esos días tenían la valiosa misión de recorrer los polvorientos caminos en busca de la sabiduría musical popular, para preservarla en disco fonográficos de cera, que posteriormente eran impresos en acetato. A mediados de 1936, Johnson entró en contacto con el conocido promotor de blues H.C. Spier (Henry C. Spier, 1895-1972), propietario de unos almacenes en Jackson, Mississippi, quien lo puso en contacto con el ingeniero Ernie Oertle, quien se desempeñaba profesionalmente para el sello discográfico Brunswick Records.
Este personaje le ofreció una sesión de grabación al talentoso guitarrista, la cual ocurrió el lunes 23 de noviembre de 1936 en una habitación del segundo piso del Gunter Hotel, en San Antonio, Texas. De tal forma que el célebre músico eligió tocar su guitarra y cantar sus blues, dando la cara a un rincón de la habitación (unos dicen que por timidez, otros afirman que así era mejor la acústica de lo registrado ese día), el asunto es que en esa ocasión Johnson grabó 13 piezas (entre las que se encontraban: Kind hearted woman, Sweet home Chicago, Ramblin’ on my mind, Terraplane blues y Phonograph blues).
De esta forma, se inició la carrera discográfica del intérprete, que continuó por unos meses más en donde registró entre noviembre de 1936 y junio de 1937, 29 canciones y algunas tomas alternas, lo que totalizó la cantidad de 41 grabaciones, algunas lanzadas en discos de 78 r.p.m. (Cross road blues, Walkin’ blues, Preachin’ blues, Hell hound on my trail, Me and the devil blues, Love in vain blues, entre las más famosas y en donde en seis de ellas la figura omnipresente es la del Diablo) y otras, jamás fueron escuchadas en tiempo de vida del guitarrista.
If I had possession over judgment day
Los biógrafos, en un intento de recrear sus últimos días, creen que en el año de 1938 Johnson visitó Saint Louis, Illinois, Memphis y Arkansas, lugares a donde tuvo que viajar gracias a la popularidad de sus discos que fueron dispuestos bajo el sello discográfico Vocalion, sello subsidiado por la Okeh Records (que en la actualidad pertenece al sello Sony Music), estaban inscritos en la peyorativa categoría de Race Records (etiqueta que designaba el material grabado por integrantes de la etnia afroamericana).
El 16 de agosto de 1938, atendiendo compromisos laborales en Greenwood, Mississippi, se encontraba a 24 kilómetros de este poblado en una serie de caseríos que fueron construidos para el esparcimiento de los trabajadores agrícolas, fuera de la vigilancia y “el largo brazo de la ley”, en donde hombres y mujeres bebían, bailaban e interactuaban eróticamente. En uno de estos antros, el músico empezó a coquetear con una mujer casada y después de beber varios vasos de whiskey, repentinamente Johnson entró en una especie de doloroso trance, cayendo al suelo, aullando terriblemente por un dolor abdominal, minutos más tarde, expiraba envenenado. Se dice que fue un esposo celoso o una amante despechada.
Su muerte, ocurrida cuando contaba con 27 años de edad, nunca fue aclarada, lo que alimentó la leyenda de que el Diablo había reclamado su recompensa, llevándose al músico en el momento más alto de su fama y dejando una perfecta leyenda que sobreviviría a las épocas por sus interesantes e intensos elementos.
Love in vain blues
Afortunadamente, la influencia del músico nunca desapareció, y finalmente sería una distante generación joven que proliferó en tierras ajenas, en las islas británicas, en la efervescencia musical de los años 60, cuando gente como Eric Clapton, The Rolling Stones, Led Zeppelin y coterráneos como Muddy Waters, Jimi Hendrix, Bob Dylan, descubrieron al portentoso Robert Johnson y lo adoptaron como modelo a seguir, difundiendo su estética e incluso grabando sus célebres melodías. Además, la vida del músico ha sido anécdota para dos espléndidas obras cinematográficas. En 1986, el hiperactivo realizador Walter Hill (1942) utilizó como pretexto la leyenda de Johnson para ilustrar su drama juvenil, titulado Encrucijada (Crossroad), que fue estelarizada por el desabrido Ralph Macchio (quien es doblado musicalmente por Steve Vai, bajo la supervisión de ese genio llamado Ry Cooder), en esta cinta que se volvió de absoluto culto para toda una generación. Asimismo, los galardonados hermanos Coen (Joel y Ethan) utilizaron la anécdota en su cinta ¿Dónde estás, hermano? (O brother, where art thou?, 2000), cuando un grupo de presidiarios evadidos que recrean La odisea de Homero, en el escenario de la gran depresión económica estadunidense, cuando transcurre el año de 1937 y los evadidos del cruento sistema penal, en sus andanzas libertarias y libertinas, encuentran al músico llamado Tommy Johnson (homónimo del bluesman nacido en 1896 y fallecido en 1956, pero en jubilosa referencia total al citado Robert Johnson).
Es de esta forma que la leyenda del músico sureño sigue conmoviendo corazones y trompas de Eustaquio con las notas de sus inmortales piezas. Por último, y después de una gran serie de reconocimientos a la memoria del músico que van desde la introducción de su nombre y obra al Salón de la Fama del Rock and Roll en el año de 1986, bajo la categoría de Influencia Temprana, de que el total de su obra fuera lanzada al mercado bajo el título de Robert Johnson. The complet recording en un par de discos compactos en el año de 1990, y de que la revista The Rolling Stone lo haya colocado en el quinto puesto de los mejores 100 guitarristas de la historia, el mejor reconocimiento que se le puede hacer al artista es acercarse con emoción a su mínima obra que se ha convertido en la gran influencia de todos los músicos del rock.
No en balde, el avezado alumno del Johnson, Eric Clapton, además de grabar recientemente un álbum titulado Me and Mr. Johnson (Yo y el Sr. Johnson, 2004), en donde recrea las mejores canciones de su mentor espiritual, en alguna ocasión declaró lo que sirve de colofón a este homenaje, a 80 años de la trágica muerte del guitarrista pionero y que dice:
“Robert Johnson es el más importante músico de blues que haya vivido”.