Comentario de la revista sobre el disco Shine a Light:
La primera vez que pongas Shine a Light, evitá mirar la lista de temas. Dejá que cada canción te sorprenda. Te vas a preguntar: “Ey, ¿ésa no es la intro de ´Some Girls´? De ninguna manera. ´¿Far Away Eyes?´ ¿Qué carajo era eso? ´¿All Down the Line?´”. Como Bob Dylan, los Stones disfrutan celebrando el redescubrimiento. Los podés escuchar recuperando olvidadas joyas de su pasado o abrir nuevas zonas placenteras en canciones que imaginabas que tocarían hasta la muerte. Como ningún otro disco en vivo de los Stones, éste es sobre cómo la mayor banda de rock & roll del planeta redescubre qué buenos que son.
Shine a Light es la banda de sonido de la película de Martin Scorsese, que capturó a los Stones en dos shows en Nueva York en 2006, uno de ellos con Bill Clinton presente. (Tal vez por eso hicieron “Some Girls”…) El film documenta a los Stones en un show histórico en que muestran su maestría. Jack White hace un dueto con Mick Jagger en “Loving Cup”, mientras que Buddy Guy zapea “Champagne and Reefer” de Muddy Waters. Christina Aguilera canta en “Live With Me”, pero pierde todo el humor. Qué lástima que no estaba Britney en su lugar, hubiera sido divertido oírla cantar con Mick sobre “malos hábitos”. El timing cómico de Jagger en “Some Girls” y “Shattered” es tan caliente como sus caderas; cuando suelta: “American girls want everything in the world” [“las chicas norteamericanas lo quieren todo”], suena como un recuerdo cercano. El hace una sorprendentemente otoñal “As Tears Go By” y una conmovedora “Tumbling Dice”. Mientras que Keith Richards suena sublime en “You Got the Silver”, “Little T&A” y “Connection”. Cuando arremeten con clásicos como “Brown Sugar” y “Satisfaction”, es genial. Pero el momento más extraño y emotivo es “She Was Hot”, un largamente olvidado relato sobre groupies de Undercover (1983): los Stones rescatan la melancólica melodía y la convierten en una oda a la nostalgia, la soledad y el arrepentimiento, con Jagger aullando sobre la salvación y Charlie Watts golpeando todo a su paso. Es un gran momento de un disco en vivo que está repleto de ellos.
Por Rob Sheffield