Sus satánicas majestades
Por Diego Pérez Ordóñez
Nada menos que cuarenta y cuatro años después de sus primeros flirteos con la música, los Rolling Stones siguen llenando estadios, siguen vendiendo millones de discos y siguen estando en boga. Décadas después de que Mick Jagger y Keith Richards, todavía escolares, se conocieron en Kent, Jagger sigue siendo el vocalista de rocanrol por excelencia y Keith Richards, facha de crápula y todo, sigue siendo el guitarrista icónico por naturaleza.
Varias décadas después de sus primeros discos, los Rolling Stones siguen siendo el parámetro para medir a todos los otros grupos de rock. Mientras todos perdemos pelo, vemos progresar nuestros tubos digestivos y nos quejamos de todo tipo de dolores y achaques, Jagger sigue moviendo las caderas y saltando por los escenarios de medio mundo: Brasil, China y más recientemente, Londres.
Es que Mick Jagger es, en sí mismo, la quintaesencia del rock, su imagen y semejanza, el modelo sobre el que se han basado cientos y miles de admiradores. Jagger no admite imitadores, es uno y único. Jagger es, al mismo tiempo, uno de los tipos más feos del mundo y símbolo sexual de varias generaciones, un flaco demacrado y una estrella del espectáculo.
Mientras tanto, Keith Richards sigue ahí parado como si nada, al mando de una Telecaster, con un cigarrillo en la boca y con su estampa de ultratumba, en total control de su cierta gracia cadavérica.
Pero los Rolling Stones también han sido Charlie Watts, quizá el baterista más cadencioso de cuantos se han decidido por este instrumento, Bill Wyman, bajista aficionado al jazz y de bajo perfil, Mick Taylor, el guitarrista de la edad de oro de la banda, Brian Jones, ahogado en una piscina y Ron Wood, el más nuevo de todos.
Desde 1962 la historia del rocanrol ha estado entretejida con la historia de los Rolling Stones. Desde los desenfrenados años sesenta - minifaldas, marihuana, paz y amor-, pasando por los años setenta -coqueteos con la música disco- por los ochenta (la revolución del video) y hasta estos últimos días, los Rolling Stones lo han hecho todo, lo han probado todo, han estado en todas partes y se han cagado en la tapa del piano.
Más que ningún otro grupo, por encima de cualquier cosa, los Rolling Stones han dictado las reglas del rocanrol, han concebido la actitud de niños malos malencarados y han reinventado la música popular occidental cada vez que ha valido la pena hacerlo. Cada vez que alguien ha dicho que el rock está muerto los Rolling Stones se han encargado de desmentirlo -quizá sin saberlo- grabando un nuevo disco, tocando ante cientos de miles de personas o, simplemente, existiendo y dando de qué hablar.
Cada vez que los Rolling Stones anuncian una nueva gira de conciertos (por motivos publicitarios siempre dicen que será su última) las cámaras ruedan, los micrófonos se prenden, los noticieros anuncian, los periódicos informan, los teléfonos suenan, las entradas se acaban en cuestión de minutos y media humanidad se ilusiona. De hecho, creo, cada vez que hay algo nuevo relacionado con los Rolling Stones (un disco, una canción, una noticia) medio mundo se paraliza
SOLO ALGO QUE NO ESTOY DE ACUERDO :
JAGGER FEO? :evil: :evil:
