Autor Tema: notas que vale la pena recordar  (Leído 316 veces)

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Desconectado sandra

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notas que vale la pena recordar
« on: Marzo 07, 2006, 03:15:41 pm »
cuando comenzó a escucharse “Angie”. Un hombre con canas, comienza a llorar, se ve que la canción lo desgarra, pero no para de cantar. No dice su nombre pero sí el de su esposa: “Se llamaba Angélica, yo le decía ‘Angie’. Tengo 62 años”                                                                                                    Con público de todas las edades,

Durante dos horas, The Rolling Stones hicieron vibrar a sus admiradores mexicanos.

MONTERREY, NUEVO LEON. Cuando uno vuelve a ver en vivo a los Rolling Stones , no sólo se colma de sangre nueva, cual si una transfusión maldita, sino que es fácil comprender por qué su líder Mick Jagger clama sentir compasión (que no "simpatía") por el diablo: el pobre patas de cabra jamás podría divertirse tanto como lo hacen esa espiga sexagenaria y saltarina y su séquito de ángeles insurrectos.

y con ello burlar cualquier prejuicio respecto de lo que "debe y no debe hacerse" llegada cierta edad.


DE TAL MODO, mientras en directo Satisfaction, Get off of my cloud o Angie pueden seguir causando estragos en el torrente sanguíneo al más descreído, y mientras Jagger se solaza y relaja a medida que más tiempo pasa, ahí está U2 (lo siento, se pone de pechito), que hace sonar caducas algunas de sus canciones, aun teniendo la mitad de vida de los Stones; o ahí está Bono, convertido en una monjita vetusta, solemne y sermoneadora. Por alquimias inexorables, cada canción de sus geriátricas majestades apasiona, como se goza a pesar de su repetición cada que se vuelve a hacer el amor, cual si la primera vez.

AL CABO, SIGUE SIENDO pertinente hablar de los Rolling Stones en tanto sigan en vivo, como pocos, recreando un averno cuyas canciones se remiten una a la otra, en una espiral que no se torna pesadilla sino hipnosis colectiva, y nos convierte a los asistentes en una legión que pasa a formar parte de ese histórico momento Stoniano en que el tiempo se detiene;

La euforia del público no se hizo esperar, ya que para saludar al guitarrista Keith Richards invadió la zona reservada para la gente de capacidades especiales, situación que los cuerpos de seguridad controlaron al exhortar a que tomaran su lugar.

A las afueras del Foro Sol más de mil personas que no pudieron entrar al espectáculo se apostaron en los camellones del Circuito Interior, dando la espalda al Palacio de los Deportes, para escuchar de cerca a la banda, aunque no los pudieran ver.

El setenton Jagger durante todo el espectáculo mostró toda su calidad interpretativa y una polenta inigualable que sorprendió incluso a los más jóvenes que envidiaron su excelente estado atlético.

La ovasión era reiterativa cada vez que finalizaban las canciones y el público parecía que estaba volando en medio de tanta magia de los Stones.

Rodeados de tres generaciones que corearon sus viejos y nuevos éxitos, el mítico grupo se presentó en el "Foro Sol", un estadio ubicado al este de la capital

Los Rolling Stones han estado en cada etapa de mi vida, desde que iba a la primaria», comenta. Inculcó a su hijo Esteban el gusto por la música de la banda
Hoy, sus Satánicas Majestades son la banda de rock más grande del mundo, y no escatiman recursos en el escenario, donde hay un gran juego de luces. El virtuosismo de Watts en la batería, Jagger con armónica y su clásica voz, Keith Richard y Roon Wood con las guitarras, dejan extasiados a sus seguidores

Y salieron, "a eso de las doce de anoche, y después a las dos de la mañana, y hoy alrededor de las 10", dijo Nazareno, de 22 años, un joven de la localidad bonaerense de La Plata.

"Quiero algo de ellos, no sé, cualquier cosa. No quiero irme sin un autógrafo, sé que es difícil, pero no imposible", dijo el joven de La Plata quien detalló que esta mañana "salieron al balcón Wood y Richard con un charango, y nos saludaron".

En tanto, Javier, de 26 años, que vive en la localidad de Caseros, en el conurbano bonaerense, aseguró que se va a mantener "cerca de ellos todo el tiempo, por eso estoy acá, ellos me hacen sentir, me hacen llorar".

"Desde acá, aunque no los vea cantar, les escucho el corazón", dijo emocionado.

"El fanatismo por ellos -enfatizó Javier- me lo engendró mi vieja. No hay un día en el año que no use una remera de los Stones. En el ´98 para verlos vendí todo lo que tenía y me vine de Necochea, porque en ese momento vivía allá".

Contó que "ser fanático de los Stones te trae muchas satisfacciones pero también te trae problemas, porque es un descontrol; los mismos Stones no TIENEN LIMITES.
sandra stones foreverrrrr