Esto no tiene nada que ver con los Rolling Stones. O sí. Ni con el rock. O sí. El caso es que acabo de llegar de un concierto en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada (un festival de música clásica que se celebra en la Alhambra -soy un apasionado de la música clásica-) y vengo absolutamente impresionado. Los argentinos conoceréis a Daniel Barenboim, director argentino de 62 años considerado como uno de los mejores directores de música clásica del mundo.
El programa de esta noche era algo complejo: Primera Parte: '5 piezas para orquesta' y 'Variaciones para orquesta' de Arnold Schoenberg. Segunda parte, 'Concierto para piano y orquesta número 3 en Do menor', de Ludwig van Beethoven. En esta segunda parte, Barenboim, aparte de actuar como director, también era el pianista solista.
Increíble.
Pero lo increíble fue la clase magistral que dio este gran maestro de la música clásica. Como en Granada nunca antes se había interpretado la obra 'Variaciones para orquesta', de Schoenberg, antes de empezar, Daniel Barenboim se volvió hacia el público y dijo: "Permitanme que les explique esta obra antes de tocarla". Y nos dio una clase magistral de música clásica allí, en directo, en vivo, como si se la explicara a los músicos de la orquesta.
Imaginad a Keith Richards que, antes de tocar una canción, se vuelva al público, y le diga: "Permitidme que os explique cómo se hizo esta canción". Y diga: "Ésta es una versión que eligió Mick porque le gustaba mucho. Llegó un día y me la tarareó, y yo empecé a seguirlo, e hicimos esto".
Y los Rolling Stones se ponen a tocar como si estuvieran en un ensayo.
"Y luego a mí se me ocurrió esto", y Keith toca algo en la guitarra. "Y a Charlie se le ocurrió este ritmo". Y Charlie empieza a tocar ese ritmo.
Eso hizo Barenboim hoy. "Escuchen el tema. Por favor, que sólo toquen los violonchelos". Y los violonchelos tocan el tema. Y Barenboim: "Ese tema sólo tiene cuatro notas que se repiten. Las notas son Si Bemol, La, Do y Si natural. Eso, en la connotación inglesa para música, se escribe B-A-C-H. Es decir, BACH. A partir de esas cuatro notas, Schoenberg escribe su primera gran obra sinfónica".
Y explicó, y explicó y explicó, hasta que dijo: "Bien: ésta es la explicación de esta obra. Ahora juzguen ustedes si la tocamos bien o mal". Y se puso a dirigir. Y la obra, extrañísima, contundente, de música atonal, dodecafónica, resultó increíble. Al final, el público aplaudió a rabiar.
Lo increíble es que un gran director de orquesta explique una partitura antes de tocarla. Tenga la inmensa humildad de decir: "Fijáos en esto, fijáos en qué bonito es este pasaje. Apreciadlo cuando lo oigáis". Eso lo he vivido yo entre músicos cuando estamos mezclando en un estudio y el batería dice: "Atentos al redoble que viene ahora, y cuando llega el redoble, hace un gesto para que todo el mundo se calle y se oiga", y el batería dice "¿Qué tal?" Y los demás decimos: "Magnífico". El batería ha estado tocando durante toda la canción, pero lo que le gusta es ese redoble de batería que hace en cierto momento, igual que el guitarrista quiere que se resalte cierta parte de su solo de guitarra, o el cantante, cierto quiebro de su voz.
Y un director de orquesta, con 80 músicos a sus órdenes, nos dice: "Fijáos en este pasaje".
Así de grandiosa, de hermosa, es la música. Son todas las músicas, ya sea Mozart, Bach, Beethoven, Miles Davis, la Filarmónica de Berlin, Richard Strauss, los Sex Pistols, los Rolling Stones, The Master Musicians of Jajouka o The Clash.
Pero lo impresionante ha sido un director como Daniel Barenboim explicando paso a paso al público una partitura tan complicada como las 'Variaciones para orquesta' de Schonberg, enseñándonos a disfrutar cada compás, de impresionante belleza sonora, que no melódica (no hay melodía alguna que seguir, como sucede en el rock) en un concierto que ha sido una clase magistral para aprender a educar el oído. Como un profesor que educa a sus alumnos a admirar la pintura contemporánea, Barenboim nos ha educado a escuchar la música con otros oídos.
Felicidades a los argentinos por tener tan gran director de música clásica.
Cuidadlo, reivindicadlo, premiadlo. Y tiene la misma edad que Mick Jagger: 62 años.