Rolling Stones – La Plata – 13/02/20016
¿Viste cuando te pasa algo lindo en la vida? Bueno, eso fue vivir esta última semana, con los 3 recitales de los Stones.
Después de las dos primeras fechas, al toque empecé a escribir. Sin diletancias, las palabras salían una tras otra. Capaz se chocaban, se amontonaban y resultaba todo en un gran despiole sintáctico, pero no me importaba, como no me importa hoy. Así salió, así quedó.
El tema viene siendo que hoy como que no tengo mucho para agregar a lo que ya comenté, porque el 13/02/20016, fue una especie de síntesis de las presentaciones anteriores.
Por un lado Richards pifió muy poco (poniendo las cuestiones en constepsto actual, desde ya) y la lista de temas estuvo bastante buena, por lo que se vuelve imposible no pasarla bien estando ahí, cerca del escenario.
Por otro lado, me queda una sensación un poco angustiante, desde el momento en que esta cuarta visita de los Rolling Stones me hizo tomar conciencia del paso del tiempo y me descubro refunfuñando como un viejo choto: “ahora nadie salta ni revolea una remera, porque andan mandando guasapitos”.
¡Y es verdad! Es verdad que hablo como anciano, pero también es verdad que la mayoría del público estaba pendiente del telefonito y no veía a los Stones.
Hasta le aconsejé a uno “¡Dejá guasá y mirá a los Stones!”. Al pedo, si al lado un flaco le decía a su amigo que quería grabar tal o cual tema y revisaba lo que ya había ido grabando durante la noche. A todo esto, tenían a Richards chingui chingui la guitarrita a 4 metros.
Hemos llegado al Siglo XXI. Antes esto no pasaba.
Siguiendo la línea de la abelardeada, otra cuestión que considero pertinente comentar es la falta de cultura de recital que vi en casi todos los asistentes.
A falta de 10 mingutos para que salgan los Stones, algunos descolocados decidieron sentarse en el campo, jodiendo a todo el mundo y haciendo tropezar al que buscaba ir adelante.
Más de una vez fui el único que hacía el para-avalanchas humano abriendo los brazos cuando uno necesitaba atarse los cordones. Cuando decidí salir de adelante, para buscar agua en la parte de atrás, muchos tarados se ponían bien en forros para no dejarte pasar. No había “permiso” que valga, sólo empujones, cuando sabemos que al que sale, se lo deja pasar y si está muy fisura, se lo ayuda.
Además, para todo el mundo parecía natural que no dieran agua para la gente que estaba bien adelante. Si dieron y no llegue a ver, retiro lo dicho. Pero mepa que fue así como digo. Imagino que será por cerrar números, así el que tiene la concesión de los kiosquitos pone más $$$, pero es muy de hijo de puta no dar agua para los que estamos adelante y muy de tarado tomarlo como algo normal, desde el momento en que no se condice con los usos y costumbres de nuestro rocanrol argentino.
Averga si empezamos a ordenar las ideas…
Con esto quiero decir que o bien la falta de educación llegó al rocanrol o bien las entradas tan recontracaras jugaron mucho para meter un altísimo porcentaje de curiosos que no suelen ir a recitales y se dieron una vuelta para tener dos o tres selfies.
Tal vez fue una combinación de ambas vicisitudes. O quizás ninguna de las dos, no lo sé.
Lo que sí sé es que esta es la primera vez que vienen y no existe Rock and Pop. Hace años que no existe más. Es decir… hace años que el rock está en situación de calle y eso creo que influye mucho en la degradación de nuestra cultura popular.
Grinbank, yo te quiero de postalina y así como aprovecho para agradecerte, te pido que te copes y refundes Rock and Pop. Dale, ¿qué te cuesta?.
Cómo extraño a la Rock and Pop…
Reencauzando el palabrerío, tiro el podio de esta semana: lo mejor fue el miércoles y después tenemos un empate técnico entre el domingo y el sábado, que se define a favor del sábado sólo porque Richards pifió mucho menos.
Quisiera versar sobre este debate que las voces fogonean en mi cabeza: porque algunas dicen que Keith patinó mucho el sábado, pero el domingo no y que esto y lo otro… Pasa lo mismo que con los discos: existen gentes que le dan con un caño a Emotional Rescue, otros dicen que Dirty Work es un buen disco… Hay de todo y para todos. Yo me quedo con lo que me gusta.
En conclusión: confieso que he visto a los Rolling Stones una vez más de nuevo, otra vez y nuevamente. En total son apenas 6 los conciertos a los que fui, pero puedo decir que estuve ahí.
Los del 23/02/2006 y el del 10/02/2016 son los que me dejaron impresiones más fuertes, así que puede decirse que fueron los más copados.
Tirar que en 2016, cuando Charlie Watts tiene alrededor de 489 años, los Rolling Stones dan el mejor espectáculo de una serie que ya viene en gran nivel, es decir, ni más ni menos, que son una realidad real y para nada un autotributo ambulante.
Sí queda un poco de preocupación respecto de Richards. El miércoles se calzó la guitarra para hacer Es Sólo Rocanrol, pero tiró la intro de Tumblin’ Dice. Lo alarmante es que eso no fue un pifie, sino un lapsus complicado, desde el momento en que son dos guitarras completamente distintas. Si hasta llevan diferente cantidad de cuerdas… Es como que un tipo se suba a la moto y antes de arrancar busque el cinturón de seguridad.
En ese momento pensé que ya estaba todo muy mal y que iba a ser una inmundicia de recital. Pero no. Fue el mejor de los 3.
Quedan muchas cosas para contar, discutir, rantifusear, revivir. Para eso hay tiempo. Y para esperar que vuelvan, también.
Voy terminando con esto, porque no sé si volveré a verlos de nuevo y ya estoy sintiendo un vacío muy grande.
En el bolsillo.