Lo bueno, lo malo y lo trambóliko de una noche junto a los Stones
Para no andar molestando con parrafadas interminables, primero tiro un resumen y después vemos:
- Richards pifió como al principio de la gira 2012. Se ve que el descanso de fin de año lo dejó fuera de forma.
- Volver de La Plata por Avenida 32, para empalmar con Tutopista hacia Argentina fue una bosta (camino alterlatino para la próxima).
- Lista de temas interesante. Larga (19 temas cuando yo esperaba alrededor de 15), sin rarezas, pero sí con cosas un tanto inesperadas. Y versiones alargadas.
- Parece que tocaron 2 horas y 20 mingutos, que para mí parecieron apenas algo más de una hora.
- Pertusi y los Mersas, la banda soporte más aburrida de la Historia.
- Lamentablemente, dejó de llover cuando debía largarse con todo.
- El público, mucho más tranquilo que otras veces. Y la banda también, con versiones a tempo de estudio, o sea, lentas para lo que siempre hicieron en vivo.
- Grinbanck, te quiero.
Lo bueno.
Y… prácticamente todo, ¿qué se puede decir…?.
El rocanrol será divertido o no será nada y creo que de las pocas veces que los vi antes (la 1era fecha de 1995 y las dos de 2006), esta fue la más divertida. Será la epsitación del momento y tal vez en verdad fueron todas igual de alucinantes, pero hoy me queda esa sensación. Hace más de 50 años que los viejos tocan porque quieren y eso se les nota, pero lo de anoche fue particularmente evidente: la carita de Wood cuando festejamos temas “nuevos” como Anybody Seen My Baby fue conmovedora.
Jagger estuvo especialmente hinchabolas con el público y en Miss You y Midnight Rambler me pareció verlo disfrutar genuinamente del ida y vuelta que proponía con esos grititos de trolo que tanto nos gustan.
Ya que estamos con Mick… a los 72 años se mueve que da calambre. Pim, pum, pam… en tres saltos ya recorría todo el escenario, tirando altos pasos, ameo, y sin dejar de cantar. Nada que sorprenda, porque ya sabemos que Mick… no para.
Párrafo aparte para Ron Wood, que sigue siendo el guitarrista más cachivache de la Historia del Universo, pero desde que se cargó al hombro ciertas cosas que cierto otro guitarrista ya no hace, retomó la importancia que nunca debió haber perdido.
A todos los que insisten con Taylor en desmedro de Wood, los invito a que el miércoles y el viernes me saluden en La Plata y me lambeteen los güevos bien paspirados.
Verlo al sujeto disfrutar y encima ¡tocar la guitarrita! (porque hacía mucho, pero mucho que no tocaba una goma) viene a confirmar mi idea de que no nació para ser un Stone, sino que los Stones fueron creados para ser la banda de Ron Wood.
Agradezco a Satán haberse llevado a Mark Fisher y todos sus escenarios conceptuales y rebuscados que nada tenían que hacer en un recital de los Stones. Verlos así es un placer: tres pantallas pedorras, de baja y pedorra definición, algunas luces pedorras sin pretensiones y dos o tres chaskibunes pedorros por ahí es todo lo que hace falta. Incluso si recortaran aún más la puesta en escena, mejor sería.
Lo malo.
La descoordinación de Richards se llevaría el primer puesto, pero no. Historicamente, siempre pifiaron todos, siempre pifió él, pero como dije más arriba, me hizo acordar a los primeros recitales de 2012. Aunque vale aclarar que es un tipo que con un dedito y dos cuerdas sigue improvisando partes de lo más creativas. En Can’t Be Seen, por caso, mientras estaba perdido, le pintó hacer un “chararara chararara” 100% espontáneo que me hizo recuperar la fé en el mundo.
Matt Clifford.
La puta que te parió, Matt Clifford tené dignidad y bajate del escenario, por mucho que Jagger te llame. ¿Qué clase de degenerado acepta ir a tocar sintetizadores con los Stones?.
Y no me acuerdo en qué tema estaban Chuck Leavell, Matt Clifford y otro más también en pianola… Este es el primer puesto compartido entre los mentados Clifford, Leavell y el otro que no me acuerdo.
Aparte ese Clifford después se puso a tocar la corneta… Cuando yo sea Dictador del Universo, los cito a los Stones y les dejo bien en claro que esta joda de las pianolas y las cornetas no va más.
Sigo extrañando a Bill Wyman.
Qué embole Pertusi y Los Mersas con su tributo a los Piojos.
Lo trambóliko.
En una de las mareas humanas que van hacia delante, se ve que alguien quedó tan apachurrado que le vaciaron el contenido de los intestinos. Sudores propios y ajenos y malos alientos son cosas a los que uno está acostumbrado si va cerca del escenario, pero ya andar oliendo la diarrea de alguno es un poco demasiado.
Durante el último cuarto de recital, pude ver a Watts boqueando para respirar. Se inclinaba sobre el redoblante como un perro en busca de agua, alargaba el cogote como una toruga comiendo lechuguita y abría la boca hacia abajo como un pescado fuera del agua. Por las pantallas noté que Jagger le tiraba miradas onda “¿aguantás…?” y recibía una leve sonrisa en respuesta, como si fuera “Sí, llego… pero la vagina de tu hermana, Mick”. Capaz es todo una invención de mi mente, no lo sé.
Como tampoco sé a qué hora terminó, pero llegué a las 3:30am, apestando a culo, con la ropa bañada en chivos varios y no pude dormir sino hasta las 6am, de tan manija que quedé.
El miércoles 10 y el sábado 13, me toca de nuevo.