Pobre Bill, él tiene todas las pasadas glorias muy bien archivadas en su memoria de maravilla, datos que son ridículamente precisos respaldados por toneladas de recortes y memorabilia (él mismo es un documento fundamental para entender el fenómeno que son los Stones).
Me considero un buen fanático de los Stones de todas las épocas: he podido recrear la maravilla de los primeros días de ese caldo primigeneo en los ánimos de Brian Jones. Edith Grove y los clubs sofocantes de los primeros días, la música pintada de negro y la imaginación queriendo romper los esquemas y salir del cascarón.
He tenido la gracia de ver a los Stones en el 89 con una alineación de cuatro miembros originales, ¡el nirvana!
Ahora, siguiendo los pasos de estos titanes y buscando la huella de sus acciones, navego en esta red de digitos binaros y por querer hacerme de información de primera mano fuí a dar al stio oficial de Bill Wyman y lo encuentro hecho todo un mercader.
Pobre Bill que se tiene que dedicar a firmar sus maravillosos libros para ganarse unas libras.
Pobre Bill que tiene que darle a su diario el color del dinero.
Pobre Bill que tiene que venderse como atracción de feria cada vez que sale de gira.
Espero que el tiempo, que aunque no espera a nadie, le dé su lugar a este músico de maravilla para que al final podamos entender sus razones.
Les mando un saludo.
Afectuosamente
Sergio Mimbrera