http://www.clarin.com/ciudades/buenos_aires/britanico-Richards-cambiaba-panales_0_441556012.htmlEl británico al que Richards le cambiaba los pañales10/03/11 - 01:29
PorEinat Rozenwasser
un café con...Cosas que pasan en la Ciudad. Miércoles a la tarde y la cita es con un hombre que habla el inglés de su majestad satánica Mr. Richards, como “Keith a secas”, que tiene entre sus primeros recuerdos la sesión de fotos para la tapa de Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, que trabajó en Batman (la de Tim Burton, eh!) y que, además, es vecino de Belgrano. Más que tomar café es recorrer un álbum de recuerdos; y el de la colección es Adam Cooper (47), hijo de Michael, el fotógrafo que registró la revolución cultural de los ‘60 en con Stones, Beatles, flower power y todo lo demás.
Adam pasó sus primeros años en ese universo de arte y excesos. “Tenía nueve años cuando mi papá murió y recién a los 18 pude acceder al material que había dejado”, cuenta. Cajas y cajas con unos 70.000 negativos que tardó dos años en revisar y ordenar.
A través de estas imágenes fue reconstruyendo la historia, que terminó plasmada en el libro de edición limitada Blinds & Shutters. “Me llevó ocho años rastrear a las personalidades que estaban fotografiadas”, sigue. En 1989 los Rolling Stones presentaban Steel Wheels y Richards (gran amigo de Michael) ofreció su apoyo para lanzar el libro durante la gira. La experiencia fue extenuante, por la demanda y por lo movilizante. Y Adam buscó una pausa para hacer foco en su carrera en la industria cinematográfica.
Empezó como asistente de producción, fue avanzando entre la operación de cámaras y la dirección de fotografía y así pasó por 42 películas, como Roger Rabbit o Evita. También Highlander, y ahora el plano funde a negro para anticipar un corte en el relato. En código exclusivo para cinéfilos hay que situarse en la segunda entrega, en el momento en que un subte a toda velocidad pierde el control. Detrás de cámara estamos en Martínez, en los estudios que ahora son Sonotex y allí conviven la troupe extranjera y el equipo local. Pausa para almorzar y Adam descubre en una de las mesas a Silvia Ripoll, la primera mujer editora de la industria nacional. Hay romance, confites y Emily (que ya tiene 19 años). Una temporada en Londres y la decisión de instalarse en Buenos Aires.
“Buscaba desarrollar mi arte, mi sueño, y este lugar me pareció ideal”, avanza. Se dedicó al mercado publicitario y fundó la productora The South Atlantic Film Company. Ahora trabaja en la adaptación al español del libro The Early Stones, que se presentará a mitad de año.
Otra vez a viajar en el tiempo y vuelven las imágenes. “Es raro, porque la gente me pregunta cómo fue estar ahí con Lennon y McCartney y la verdad es que no tengo idea, ¡tenía cuatro años!”, larga con una carcajada que sintetiza la mezcla de mesura y humor inglés. Elige un retrato de Keith, antes del concierto de Hyde Park en 1969. “Se subieron a una terraza porque querían ver si había gente, creían que no iba a ir nadie. ¿Podés creerlo?”, se sorprende. El sol destella en las gafas de Richards y para Adam la imagen refleja la esencia de su padre: “Estaba en el lugar justo, en el momento justo”.
Vuelve a aparecer Keith durante el Voodoo Lounge Tour. “Antes del concierto pasamos al backstage, quería presentarle a Silvia. Y él me abraza y le dice: ‘Todavía me acuerdo de cuando le cambiaba pañales’”. Así de fuerte es el contraste entre la celebridad y la persona íntima, entre el músico y el amigo. Y es inevitable pensar en la comunidad rollinga local: “Keith me dijo personalmente que la Argentina es uno de sus lugares favoritos para tocar. Y que estar frente a esta cantidad de gente que da toda su energía es mejor que cualquier droga que haya consumido en su vida”. Y en boca de él, es un verdadero cumplido.
