http://www.terra.com.mx/entretenimiento/articulo/1034406/Biografia+de+Keith+Richards+sale+a+la+venta+el+martes.htmBiografía de Keith Richards sale a la venta el martes
30 de enero de 2011 • 14:51 Comentarios
Noticia
Keith Richards.
Foto: Getty Images
ReducirNormalAumentarImprimirCiudad de México (MÉXICO). Tras más de 40 años de "rodar" en la música y de ser una de las bandas más representativas y polémicas de una era, pareciera que sobre The Rolling Stones prácticamente todo está dicho.
Sin embargo, ahora es Keith Richards, el guitarrista de la agrupación, quien hace un repaso por su historia en su autobiografía titulada "Vida", que el próximo martes saldrá a la venta en México en su versión hispana bajo el sello Global Rhythm, distribuido por editorial Océano.
En un relato que sorprende por sus confesiones, Richards aborda sin pelos en la lengua, literalmente, desde sus primeros recuerdos de infancia hasta su encuentro con Mick Jagger, la creación de los Stones, la inusual forma de componer sus temas y, en especial, las diferencias personales que fueron minando la confianza y la amistad entre los dos miembros más emblemáticos del grupo, todo ello aderezado con drogas, sexo y, por supuesto, rock & roll.
Richards recuerda que, desde que se encontró con Jagger, con quien formaría la mancuerna de composición medular en la banda, a principios de los 60, en una estación del metro inglés, lo suyo fue "amor a primera vista".
"Ahora caigo en la cuenta de que ya me lo había encontrado una vez antes, delante del ayuntamiento de Dartford, un verano que él estuvo trabajando de heladero. Por aquel entonces, debía de tener unos 15 años. Fue justo antes de que se marchara de la escuela. Debió de ser unos tres años antes de que montáramos los Stones.
"Después de aquel encuentro, casi inmediatamente empezamos a quedar, y Mick cantaba, y yo tocaba, y: 'Oye, pues no suena tan mal'. Además, no era un esfuerzo: no teníamos a nadie a quien impresionar, excepto a nosotros mismos, y no nos interesaba impresionarnos", asegura en la página 81 del tercer capítulo.
Una vez integrada la banda, fue creciendo la complicidad creativa entre Jagger y Richards.
"Entonces llegó 'Satisfaction', la canción que nos catapultó a la fama internacional. Compuse 'Satisfaction' mientras dormitaba. No tenía ni idea de lo que había compuesto. Me di cuenta porque, de puro milagro, se me ocurrió fijarme en ella (una grabadora) esa mañana y recordaba perfectamente que había puesto una cinta nueva la noche anterior, y ahora la cinta estaba al final.
"Mick escribió la letra al borde de la piscina, cuatro días antes de que nos metiéramos en el estudio a grabarla. Para cuando quise darme cuenta, nos estábamos oyendo en la radio en algún rincón perdido de Minnesota como 'éxito de la semana', ¡y ni nos habíamos dado cuenta de que Andrew había sacado el puto disco! Al principio, yo estaba espantado porque para mí aquello era todavía la versión de mezcla, ¡pero a los 10 días de estar en la carretera éramos número uno en todo el país! Fue el disco del verano de 1965, así que no le voy a poner peros", explica en las páginas 168 y 169 del quinto capítulo.
A pesar de ello, la que es una de las composiciones más relevantes de los Stones tardó mucho en ser valorada... ¡por ellos mismos!
"Algo peculiar de 'Satisfaction' es que es un tema muy jodido para tocar en un escenario. Durante mucho tiempo, nunca la tocábamos, o muy rara vez, hasta que pasaron 10 o 15 años. De hecho, nos empezó a gustar cuando Otis Redding hizo su versión. En ésa y en la de Aretha Franklin, por fin oímos lo que habíamos querido escribir".
En el libro no faltan las referencias a las mujeres de los Stones, que van desde las groupies hasta las relaciones más formales que sostuvieron y que incluso fueron motivo de discordia entre los integrantes.
El caso más sonado es el de la modelo y actriz italiana Anita Pallenberg, quien primero se involucró con la banda como pareja de Brian Jones para después liarse con Richards (con quien tuvo dos hijos) y terminar en un affair con Jagger.
"Del asunto entre Mick y Anita tardé mucho tiempo en enterarme, pero me lo olía. Sobre todo por Mick, cuyo comportamiento no levantaba la menor sospecha, algo ciertamente sospechoso.
"Nunca esperé nada de Anita. Me refiero a que, al fin y al cabo, yo se la había levantado a Brian. No soy un tipo demasiado celoso. Yo sabía de dónde venía Anita. Aquello abrió una brecha considerable entre Mick y yo, pero sobre todo por parte de Mick, no por la mía, y probablemente para siempre", reconoce en las páginas 240 y 241 del séptimo capítulo.
Esa brecha se marcó cada vez más con el paso de los años hasta que, según Richards, la relación entre ellos se tornó insoportable.
"Había empezado a fluir entre Mick y yo una corriente amarga. Surgió de modo bastante inesperado, y para mí fue una conmoción. La cosa venía de los tiempos en los que yo dejé la heroína. Mick había aprovechado algunos aspectos de mi adicción: como mínimo, eso había permitido que yo no interfiriera en los asuntos del día a día. Pero he conseguido salir. Por los pelos, pero lo he conseguido, y él también había salido por los pelos de unas cuantas cosas. Supongo que yo esperaba un torrente de gratitud, algo así como 'gracias a Dios, colega'.
"En cambio, me encontré con: 'el que manda aquí, soy yo'. La frase que más recuerdo de aquellos tiempos es: '¡Oh, cierra el pico, Keith! Era un puto grosero, pero lo conocía desde hacía tanto que se lo pasaba todo. Aunque, al mismo tiempo, te deja pensando. Y duele".
Richards cierra el libro ahondando sobre su actual vida en familia, al lado de la modelo Patti Hansen, con quien se casó en 1983, a los 40 años; safaris con las dos hijas de ambos, Theodora y Alexandra; la muerte de sus padres, y su afición por la pesca y por cocinar salchichas.